Alejandra lo mira estupefacta y le dice:

Alejandra: ¿Me vas a hacer un casting o qué?

Carlos: No. El casting ya lo pasaste hace rato. Ahora vamos a hacer a ser protagonistas los dos mientras nos damos amorcito.

Alejandra: ¡No hay ni peligro!

Carlos: No seas paranóica. Grabamos, lo vemos y borramos. Fácil.

Alejandra: ¿Será? Nunca he hecho esto porque me da pavor.

Carlos: No va a pasar nada. Ya te dije cómo funciona.

Alejandra: Está bien pero lo borramos inmediatamente.

Carlos con una cara de emoción empieza a disponer la cámara con toda la técnica, la acomoda y mientras se ocupa de los preparativos, Alejandra corre a la sala por la botella de vino y se sirve una copa inmensa que casi no termina de llenar cuando ya la ha terminado. Se sentía nerviosa pero al mismo tiempo emocionada. Al final, era algo que nunca había hecho, le parecía divertido y ella misma se iba a encargar de borrarlo después. No había nada de malo. Carlos viene a la sala y la encuentra bailando ‘Amame’ del Gran Combo, la mira apoyado en la pared, sonríe, se le acerca, empieza a bailar con ella, la aprisiona, la besa, la consiente y poco a poco la lleva hasta la habitación donde ya está todo dispuesto. Parece un set de grabación. Ella lo mira, él la asegura con otro beso, la tumba en la cama y tienen un sexo que jamás habían tenido. Ella se sentía diferente o no entendía si era él quien actuaba de forma diversa, pero las caricias, los besos, la forma en la que la tocaba, no era la misma de siempre. Era más intensa o ¿más romántica?

A ratos ella abría los ojos, lo miraba y con su expresión trataba de preguntarle: ¿Qué está pasando acá? La única respuesta que recibía era el brillo de los ojos de Carlos. El parecía ido. Ella tenía presente la luz roja de la cámara, en cambio él estaba perdido en cada centímetro del cuerpo de Alejandra.

Fue un encuentro tan intenso, tan especial, que se quedaron profundos abrazándose como si tuvieran miedo de que alguien los fuera a despegar. Cuando Alejandra abrió los ojos tenía todavía el brazo de Carlos rodeándola; trató de moverse, se dio cuenta que ya era de día. Cogió su celular que estaba en la mesita de noche y eran las 9:00 a.m. Pega un grito y un brinco.

Carlos: ¡Hola belleza! ¿Qué pasa?

Alejandra: ¡Tengo desayuno con mi mamá a las 9:30! ¡Me tengo que ir ya volada!

Aleja repite su rutina de siempre. Coge su ropa, se la pone como puede, medio se peina, sale del baño, le da un beso a Carlos y se despide. Coge el primer taxi que pasa por el frente, se sube y le da las indicaciones al conductor para llegar al sitio donde quedó de encontrarse con su mamá. Saca un espejo, se mira la cara, trata de disimular el trasnocho y el guayabo y de pronto pega un grito que asustó al taxista.

Alejandra: ¡Puta vida! ¡El video!

Inmediatamente coge el celular y llama a Carlos.

Carlos: Creo que es la primera vez que me llamas. ¿Qué pasa, linda?

Alejandra: ¡El video, Carlos! ¡Se me olvidó por completo!

Carlos: Dos opciones: terminas ese desayuno y vuelves acá, lo vemos y lo borramos como habíamos acordado o vienes otro día.

Alejandra: No, no. Yo no puedo volver hoy. Tengo varias cosas qué hacer con mi mamá y prefiero que lo borres ya.

Carlos: ¿Pero tú estás loquita o qué? Yo no voy a borrar esa joya sin verla contigo. No te estreses que solo lo vamos a ver tú y yo. De tí depende cuándo. ¡Qué delicia!

Alejandra: Prométeme que nadie va a ver eso, que lo vas a custodiar bien y ok, lo vemos juntos, pero júrame que solo lo vas a ver tú.

Carlos: Te lo prometo, confìa en mi. No te estreses que yo estoy muy viejo para andar con maricadas.

Alejandra: Ok. Confío en tí. Hablamos luego.

Alejandra cuelga el teléfono. Se siente un poco más tranquila porque efectivamente piensa que Carlos es un tipo que tiene casi 50 años y que no se va a poner con bobadas de adolescentes. ¿Pero y si se emborracha y le da por joder? No, no. Mejor pensar positivo, regresar lo más pronto posible, ver ese video, borrarlo y ya.

La neo protagonista de su primer video porno amateur llega a su desayuno, se encuentra con su mamá y pasan todo el día juntas. Hacen tantas cosas que se olvida por completo de la noche que pasó junto a su amante secreto. Llega a su casa super cansada, se acuesta y queda profunda.

Al otro día se despierta temprano, se va para su oficina, empieza a organizar sus papeles, prende su computador, contesta algunos correos, resuelve algunas cosas pendientes y se sumerge en su proyecto. Cuando se da cuenta ya es medio día y de pronto recibe un mensaje de Carlos. Lo abre y es la canción ‘Puente’ de Gustavo Cerati. Alejandra queja perpleja. Se le dibuja una sonrisa, la empieza a escuchar pero piensa que algo definitivamente está cambiando. Decide contestarle.

Mensaje de Alejandra:

Amo esa canción ♥️

Mensaje de Carlos:

Ven esta noche y la escuchamos juntos.

Mensaje de Alejandra:

Ok. Salgo de la oficina para tu casa. Beso.

Ella piensa que es mejor resolver ese temita del video rápidamente para quedar tranquila. Cuando se alista para ir a almorzar, recibe una llamada de su jefe. Se va corriendo para su oficina.

Cuando entra, lo encuentra en compañía de una asistente de la oficina de recursos humanos, la que se encarga de organizar los viajes de todos los empleados. Su jefe le dice que le aprobó el viaje a la comunidad en Yopal y la colega le informa que tiene el vuelo al otro día a las 8:00 a.m. Alejandra recibe la noticia con sorpresa pero con una alta dosis de alegría porque estaba desde hace rato detrás de esa autorización y así fuera de un día para otro, tenía que aprovechar porque ese trabajo de campo era de vital importancia para su proyecto. Da las gracias y sale de esa oficina dando saltos.

Entiende que debe organizar muchas cosas para poder viajar al día siguiente. Se olvida del almuerzo, de Carlos, del video, de todo, y dedica el resto del día a preparar el material que necesita llevar a Yopal. Pasan las horas, siente que no le va a alcanzar el tiempo. Como a las 7:30 p.m. le entra un mensaje.

Mensaje de Carlos:

¿A qué hora llegas, linda?

Mensaje de Alejandra:

Hola. Perdóname pero no puedo ir. Mañana viajo temprano a Yopal y todavía estoy en la oficina corriendo con una cantidad de cosas que necesito organizar.

Mensaje de Carlos:

Me hubieras avisado temprano. Ok. Feliz viaje.

Mensaje de Alejandra:

Regreso el viernes. ¿Te llamo y nos vemos?

Mensaje de Carlos:

Miramos.

Mensaje de Alejandra:

Cuidado con ese video por favor.

Carlos no contestó. Alejandra se negaba a pensar que se hubiera molestado porque esa no era la dinámica de esa relación. De todos modos no tenía mucho tiempo para detenerse en ese tema. Salió tarde de la oficina pero alcanzó a organizar todo su material. Llegó a su casa rendida como a las 9:00 p.m., comió algo y se puso a arreglar la maleta. Como a las 9:30 p.m. le entra un mensaje.

Mensaje de Sandra:

Mamacita, ¡quiubo! Estoy en la Maca en la casa de María. Adivina quién anda por acá en muy buena compañía…