Camilo se acerca lentamente a Alejandra, la besa en los labios, ella cierra sus ojos, pero se retira de forma repentina y le dice que no siente que ese sea el momento para tomar decisiones.

Camilo: Mi Ale linda. Tienes toda la razón, perdóname por ser inoportuno, pero no pude evitar trasladarme al lugar donde fuimos felices tantas veces. Uno cree a veces que ha pasado la página, pero parece que eso es algo que nunca me va a pasar contigo. Ahora es mejor que me vaya, descansa. Mándale un abrazo enorme a tu mami, dile que la quiero mucho y que la tengo en mi corazón y en mi mente y si necesitas algo, no importa la hora o lo que sea, júrame que me vas a llamar.

Alejandra: Claro que te llamo. Gracias por entenderme Cami. Aunque mi mamá ha hecho que este proceso sea muy llevadero, es imposible no sentir miedo y un dolor profundo. Yo te llamo cualquier cosa y gracias por estar pendiente y por ponerte a buscarme opciones. Ya tendremos el momento para hablar de eso.

Camilo y Alejandra se dan un abrazo de despedida, él la besa en la mejilla y le recuerda que lo llame para lo que sea. Ella lo mira con ternura y cierra la puerta. Entra con delicadeza a la habitación de su mamá y se da cuenta que duerme. Alejandra le pregunta a la enfermera que por qué parece que respirara con dificultad. La enfermera le explica que son respuestas del organismo, que algunos pacientes hacen algunos sonidos mientras respiran, pero que hace parte del proceso.

Alejandra sale de la habitación, se sienta en su cama y se derrumba. Entiende que probablemente a su mamá le quedan talvez horas y ella todavía no sabe si va a ser capaz de resistir ese dolor tan grande. Llora a mares, no termina de entender por qué se le tiene que ir su bastón, su apoyo incondicional, la persona que más ama en el mundo y se pregunta una y mil veces si la vida va a seguir para ella; si de verdad como ella misma se lo ha dicho, va a haber un futuro, y no solo eso, sino un futuro feliz, otras oportunidades, un camino nuevo y si lo va a haber, ¿cómo va a atravesarlo sin ella? ¿Y cuándo lleguen las dificultades a quién va a buscar, pero sobre todo, ¿qué ser humano vivo sobre este mundo va a tener la dulzura, la paciencia, la sabiduría y la inteligencia para decirle la cosa justa? En medio de su llanto, de ese que ahoga y oprime el alma y el corazón, se quedó dormida.

Al otro día apenas abrió sus ojos corrió a la habitación de su mamá, la encontró despierta, estaba extrañamente con un mejor semblante, sonrió apenas vio a su hija y le dijo que la estaba esperando para que desayunaran. La enfermera le dijo que no había dejado que la despertara y que estaban esperándola para el desayuno. Alejandra le dijo a Patty que se fuera pues había cumplido su turno y ella no quiso. Le dijo que había alcanzado a dormir en la noche y que no se quería ir. Alejandra la miró con una sonrisa, le agradeció y se fue a hacer el desayuno para todas. Entendió que si Patty no se quería ir era porque en cualquier momento podía pasar lo peor y salieron un par de lágrimas de sus ojos. Al rato llegó con el desayuno para las tres y se sentaron a disfrutar del chocolate, las arepitas que tanto le gustaban a su mami, queso y galletas. La mamá sonrió.

Mamá: Hija, trajiste comida como para un batallón. Yo no llegaré a tanto, pero un mordisquito de la arepita creo que alcanzo. Tienes esos ojitos hinchados, mi amor. Estás triste, lo sé. Pero no tengas miedo. Es que todos vamos para allá, esto no es un castigo, es la conclusión. A unos les llega más rápido que a otros, pero para allá vamos todos. No te afanes. Yo quiero que tú quieras que la vida siga para ti porque así tiene que ser. Entiendo que uno extraña, hay un luto, es normal, pero no se queda llorando el resto de los días porque además yo te voy a estar viendo Alejandra y lo que más quiero es verte bien y feliz. Sonriendo, riéndote, saliendo, bailando, comiendo, saltando, viviendo, mi amor. !Viviendo! ¿Sabes que ayer con Patty nos pusimos a ver un video en donde una enfermera decía una cosa que se me quedó grabada: decía que uno vive su muerte como vivió su vida? ¡Qué cosa más cierta! Mírame acá hablando hasta por los codos y en paz mi amor. Todas las cosas burocráticas están en el sobre que te mostré el otro día; traté de dejar hasta el último detalle resuelto para que después no tengas que lidiar con tanta cosa. Menos mal que alcanzamos a dejar esta casa y las otras cosas a tu nombre. Eso te libera de un montón de papeleo. A mi Patty bella ya le di unas indicaciones y ya le entregué unas cositas con las que quiero que se quede para que se acuerde de mí y se ría. Ella sabe lo agradecida que estoy por todo lo que hizo por mí siempre.

Hija mía: en estos días he tratado de decirte todo lo que quiero que te quede en esa cabecita, pero hay dos cosas que no te he dicho aún: 1. Gracias. Gracias por ser una hija maravillosa, por hacerme sentir la mamá más orgullosa del mundo, por tu compañía, por tu amor, por tu confianza y tu incondicionalidad. Eres una mujer fantástica. Y 2. Perdóname. Perdóname por las veces que te fallé, que de pronto no te dejé ser; yo también estaba aprendiendo y me equivoqué muchas veces. Hubo momentos en que te limité, otros en que pretendí que actuaras como yo lo hubiera hecho, otros en los que te juzgué o te reprendí porque no entendía ni aceptaba tu individualidad. Hoy veo la mujer en la que te convertiste y espero que te des el crédito; porque seguro te quedaron cositas positivas que con amor traté de transmitirte, pero has sido tú con tu madurez, con tu sensibilidad e inteligencia que te construiste y resultaste ser una obra maestra. Nunca olvides que has sido tú. Te amo mi niña, y siempre te voy a amar.

Alejandra no pudo evitar llorar mientras su mamá le decía todas esas cosas. Sentía que no las merecía.

Alejandra: Mamita hermosa, te prometo que voy a seguir tus consejos porque tanta sabiduría no la puedo desperdiciar. Yo lloro, pero tú sabes cuánto te he amado, cuánto te he respetado y lo feliz que me hiciste siempre y así quiero que me sigas viendo: sonriendo. Quiero acordarme de ti como debe ser, con la alegría y la gratitud de haber nacido de una mujer tan espectacular. Eres y serás siempre mi mayor inspiración. Te amo mamita. Gracias por todo.

Su mamá en ese momento la interrumpe, le apretó la mano y le señaló los medicamentos. Se estaba sintiendo mal. Patty se paró inmediatamente y procedieron a darle las medicinas para mitigar los síntomas.

Alejandra pasó todo el día dando vueltas en la casa. Saltaba de la sala, a la habitación de su mamá, iba a la cocina, regresaba, no quería hablar con nadie, ni saber de nada. Estaba entrando a su cuarto cuando la enfermera la llamó. Alejandra corrió a la habitación. Patty le hizo un gesto que las dos entendieron sin cruzar una palabra; tomó la mano de su mamá y se quedó junto a ella hasta que se quedó suspendida en un largo suspiro.

Justo en ese momento recibe un mensaje en su celular.

Mensaje de Carlos:

Hola linda, te he pensado mucho en estos días, me imagino que no han sido fáciles. Mucha fuerza para acompañar a tu mami en estos momentos. Quiero que sepas que desde acá estoy contigo. Te abrazo, hermosa. Si tienes ganas de hablar, acá estoy.