Alejandra: Aló.
Carlos: Hola linda. ¿Cómo estás?
Alejandra: ¿Cómo quieres que esté?
Carlos: No sé si me creas, pero probablemente yo estoy peor que tú. Lo único que te pido es que bajo ninguna circunstancia pienses que yo le mandé ese video a alguien. Eso te lo juro. Estoy tratando de entender qué pasó. En estos días han estado varias personas en mi casa porque he estado trabajando en la preproducción por el rodaje y estoy tratando de pensar cómo pudo pasar.
Alejandra: Te pedí, te rogué, te imploré que borraras esa mierda y no lo hiciste. En este momento qué importa quién fue, cómo fue, a qué hora pasó. Un video mío en el que aparezco en bola, se me ve la cara perfectamente y hasta el más mínimo lunar está rodando por todas partes. ¿Saber quién fue para que sirve? Yo no quiero saber de ti nunca más en mi vida. Bueno, lo que será de ahora en adelante una vida de mierda gracias a tu egoísmo y a tu capricho de machito interesante. Disfruta Carlos; disfruta y diviértete con otro más de tus productos audiovisuales. Exitos.
Alejandra cuelga la llamada y no termina de asimilar lo que está sucediendo. Diego trata de consolarla pero ella está destruida. Siguen llegando mensajes a los teléfonos de la pareja de amigos. Cada vez más gente conocida, y no tanto, han visto ese video y tratan de advertirlos. Algunos con buenas intenciones, otros con un tono morboso y de juicio detrás de su ficticia preocupación, otros con risas y chistes inapropiados para el momento. Lo único cierto es que era un mar de mensajes y llamadas que bombardeaban los teléfonos.
Alejandra le dice a Diego que ella se quiere ir para donde su mamá, que no soporta estar en esa casa esperando no sabe qué cosa y que necesita sentirse protegida y en silencio. Diego le dice que la acompaña hasta allá y que se ven al día siguiente. Apenas llega a la que también fue su casa por tantos años, siente un poco de serenidad y tan pronto ve a su mamá que está en la cama viendo televisión se le abalanza y rompe en llanto. La mamá no entiende qué pasa. En silencio trata de consolarla y con paciencia espera a que sea Alejandra la que le explique el porqué de sus lágrimas. Trata de calmarse, respira profundamente y le cuenta a su mamá con detalles lo que está sucediendo. Le pide perdón por desilusionarla de esa manera, que ella jamás hubiera querido causarle ese dolor, que con todo lo que le estaba pasando era más que suficiente como para agregarle una preocupación más a su vida, pero que ella tenía que decírselo porque sentía que su vida se estaba derrumbando. Temía por su papá y su familia, por Camilo, por su trabajo, por su jefe, por sus colegas, por la gente de la comunidad que había creído en ella, por toda la gente que apenas la conocía y que la iba a ver en esas circunstancias, se sentía sucia, inmadura, estúpida, inconsciente e irresponsable. La mamá la escucha sin decir nada y cuando termina le dice:
Mamá: ¿Tú crees que me estás desilusionando por haber hecho un video que no tenía por qué ser visto por otras personas? ¿Crees que me estás causando una preocupación más? Mi amor, por favor. Si te tengo acá en frente mío, estás bien, estás sana, eres una mujer con tantas cualidades, profesional, inteligente y capaz. No te atrevas a dudar de ti en este momento. Claro que me duele verte así, no quisiera jamás que te sintieras triste o mal, pero esto no es el fin del mundo Alejandra. Es cierto que puede tener consecuencias, pero te digo algo: no importa lo que venga, lo vas a afrontar con dignidad y fortaleza. ¿Ahora la gente va a posar de mojigata y de rezandera o de purista y te van a señalar porque hiciste un video teniendo relaciones sexuales? ¿Es que acaso eres la única en el mundo que las tiene o la única que ha hecho un video y se ha filtrado? No, Alejandra. Manda al carajo los juicios de los demás. Que no te importe lo que piense tu papá. El es un ser humano como cualquier otro, no es Dios. Y también se ha equivocado, o es que te parece mejor, si es que lo vamos a poner en una balanza moral, ¿haberme sido infiel con la que es hoy su esposa? ¡Por favor, Aleja! ¿Y Camilo? ¿A ti qué te importa de Camilo? Ustedes tuvieron, en pasado, un matrimonio, y se separaron y ahora cada quien hace con su vida lo que quiera. Que no sea atreva a mirarte por encima del hombro y si lo va a hacer, pues que se distancie y punto. Al final, era una cosa que había tenido que hacer desde hace mucho rato. No nos adelantemos mi amor. En teoría, esto no debería llegar a tu trabajo, y si llega, que llegue. ¿Es que tú crees que esa es la única empresa en el planeta? No, hay millones. Una salida para todo siempre hay Alejandra. Tú no estás sola. Me tienes a mí, tienes amigos que te quieren y de esto vas a salir de pie, con uno que otro raspón, pero sin cicatrices porque tienes todo para vencer esta batalla.
Alejandra lloraba sin parar porque sabía que esa era la razón por la que había querido irse para donde su mamá. Porque solo ella podía hacerle ver el panorama de otro color y porque ahí encontraría la fuerza para seguir y afrontar esa situación.
Mamá: Yo entiendo que tú estés brava con ese hombre porque no borró el video, pero tampoco le des tan duro. A lo mejor él también lo está pasando mal. Mejor dicho, Aleja, ahora hay que asesorarse para saber si existen formas de eliminar esos videos o al menos tratar de parar la difusión para que la gente no continúe compartiéndolo. Mañana buscamos alguna persona especialista en estos temas, y vamos a salir de esto.
Alejandra: Mami, yo tengo miedo de ir mañana a la oficina. Me muero de la verguenza de pensar que alguien lo haya visto. No, qué cosa tan horrible.
Mamá: Tu mañana vas como siempre. Yo me encargo de buscar la persona. Con tu tía estoy segura que encontramos a alguien y tú ve a hacer tu trabajo y espera. Si no pasa nada, haces tus cosas como siempre. Si alguien te dice algo, ya sabremos cómo tienes que reaccionar, pero por ahora trata de descansar, no te mortifiques. Yo sé que es fácil decirlo, pero Aleja, creo que estamos de acuerdo en que hay cosas peores, ¿cierto?
Alejandra: Si, mamita. Tienes razón. Me voy a poner la pijama y voy a hacer como dices tú. Mañana vamos con toda la actitud.
Mamá: Mi amor, te hago solo una pregunta: ¿Te favorece el ángulo en el que fue filmado el video?
Alejandra mira a su mamá de reojo y rompen las dos en una sola carcajada.
Cuando Alejandra abre los ojos ya se filtra algo de luz por la ventana, se despierta un poco asustada, mira la hora, todavía es temprano. Se levanta, se baña, se arregla. Mientras tanto su mamá está en la cocina haciendo el desayuno para las dos, termina de darle los últimos consejos antes de salir, se despiden y Alejandra sale un poco temblorosa para su oficina.
En realidad, pasa un día normalísimo en el trabajo. Dedicó gran parte de la mañana a realizar las correcciones que le habían hecho durante la presentación. Decidió almorzar en su oficina porque no tenía muchas ganas de socializar; puso a uno de sus cantantes favoritos para distraerse y pensar en otras cosas. Empezó con ‘Todo se transforma’, que era su preferida y después dejó correr el resto de canciones que la hacían sonreír. En general, el ambiente laboral aparentemente estaba en orden. Mandó de nuevo la propuesta con todas las correcciones a los miembros del Comité como a las 3:00 p.m.
Habló varias veces con su mamá quien le dijo que ya tenía una persona experta en delitos cibernéticos que seguramente la iba a asesorar. Sus amigos Diego y Sandra estuvieron muy pendientes de ella todo el día. Aunque seguía recibiendo mensajes de personas conocidas relacionados con el video, logró pasar la mayor parte del día en medio de una extraña tranquilidad. Eran las 6:00 p.m. Empezó a recoger sus cosas, estaba apagando el computador, cuando recibe una llamada de su jefe y le pide que por favor vaya urgente a su oficina. Alejandra inmediatamente piensa que es algo relacionado con la propuesta, se levanta de su silla y se va a paso veloz para donde su jefe. Cuando entra a la oficina la reciben su jefe y la jefe de recursos humanos de la empresa.
Jefe: Buenas tardes, Alejandra. Pase, cierre la puerta y siéntese por favor.