Catalina pegó un brinco apenas vio a Daniel sentado en la sala.
Catalina: ¡Puta! ¡Qué susto! ¿Qué haces acá? ¿No se fueron?
Daniel: jajaja Gorda! No quería asustarte. No nos fuimos al fin. Mauro se enredó, me dijo que me adelantara con Mariana, pero preferí esperarte. ¿Y tu por qué tienes el pelo mojado? ¿Qué pasó en la reu?
Catalina: ¡Ah! Me hubieras avisado. La reunión duró solo una hora porque los panameños tenían un bollo por resolver y my boss me dijo que me fuera porque nos espera una semana fuerte. Así que me fui para el spa de la amiga de Angela y me encerré a que me hicieran de todo. Lo necesitaba. ¡Estoy tan cansada!
Daniel: Hiciste bien gorda. No te dije nada porque juré que estabas en la reunión y no quería molestarte.
Catalina: ¡Y yo convencida que ya estaban en Anapoima! Bueno, mejor. ¿A qué hora nos vamos mañana?
Daniel: Mauro me dijo que arrancáramos a las 8. ¿Pedimos algo de comer o quieres salir?
Catalina: No. Pidamos algo porque asi voy alistando la maleta. Tengo un hambre horrible. ¡Pide mucha comida!
Daniel: Ok.Catalina subió a la habitación y cuando cruzó la puerta le temblaban las piernas. Aunque con Daniel actuó con mucha naturalidad, la asaltaban mil dudas. Se preguntaba si de pronto Daniel sospechaba algo, si la había visto, si le había creído lo del spa, en fin, estaba en esas cuando le entra un mensaje.
Mensaje de Andrés:Te quiero ver ya. ¿Te recojo ya que estás sola y vamos a comer?
Mensaje de Catalina:Hola. Ni lo sueñes y no me escribas más hoy, ni el fin de semana. Encontré a mi esposo acá en la casa y estoy cagada del susto. Estoy paranoica. No se fue al fin.
Mensaje de Andrés:Ok. Te dejo en paz, pero cálmate. Seguro no sabe nada. Es tu mente que te está jugando doble. No te paniquees. Me vas a hacer mucha falta. Piénsame y acuérdate que eres solo mía. Te mando mil besos.
Catalina borró los mensajes, sacó la maleta y empezó a alistar la ropa para llevar el fin de semana. Mientras alistaba las cosas se acordaba de cada segundo que había pasado con Andrés y sonreía, se mordía los labios, le daba escalofrío, se pasaba a ratos sus manos por donde Andrés la había tocado. Al mismo tiempo reflexionaba sobre otras cosas como las emociones que habían aflorado de ella mientras hacía el amor con Andrés. No era solo una cuestión de placer y deseo, era algo más. No podía ser amor, pero era algo que resultaba difícil de explicar para ella misma. Se había sentido querida, respetada, valorada, muy deseada, y no podía quitarse de encima la mirada de Andrés. Era una mirada que la tranquilizaba, ella en esos ojos había encontrado un lugar donde se sentía arrullada y protegida. Un lugar donde amaría pasar horas y horas.
Estaba transportada en ese mundo perfecto cuando Daniel le pega un grito desde abajo avisándole que había llegado la comida para que bajara. Así lo hizo.
Catalina: ¿Qué pediste? Lo que sea está bien porque tengo un hambre que me comería un camión.
Daniel: ¿Y por qué tienes tanta hambre? ¿No almorzaste?
Catalina: Si, pero creo que los masajes y todo eso me estimularon el apetito, sumado a que tengo el periodo por si no te acuerdas.
Daniel: Verdad. Y yo que te quería hacer propuestas indecentes ahora…
Catalina: La propuesta más indecente que puedo recibir es terminar de empacar e irme a dormir.
Daniel: Me imagino. Tú te lo pierdes.
Estaban en esas, cuando a Daniel le entró una llamada de Mauricio y esto pasó:
Angela: Hello Dan! Soy yo, Angela. Me quedé sin pila, pero te quería preguntar si al fin llegan a la casa de nosotros y nos vamos juntos o quieren que nos vayamos todos en un solo carro o qué hacemos?
Daniel: Espera te paso a Cata y lo cuadran pero no la demores porque estuvo toda la tarde en el spa de tu amiga y la dejaron destruida.
Angela: Ah ok!
Catalina: (con un bocado de comida en la boca) Hola Angie, ¿cómo vas?
Angela: (alejándose de Mauricio) !Cómo así que estuviste en el spa de mi amiga si lo cerró hace dos meses, mk!
Catalina se ha pegado una atorada con la comida y no podía dejar de toser y empezó a dar vueltas como una gallina en ese comedor así que Daniel volvió a coger el teléfono.
Daniel: Angie, a Cata se le fue la comida por el camino viejo…jajaja. Pero mira, vámonos en un solo carro. Llegamos a la casa de ustedes y decidimos allá en cuál nos vamos. Si es en el de ustedes, dejamos el nuestro allá, ¿Te parece?
Angela: Si, claro, está perfecto. Nos vemos mañana Dan.
Catalina seguía tosiendo y pensaba mientras tanto en lo que iba a decir. Ella era una mujer de pocas amigas y el lazo con Mauricio y Angela era por Daniel. Es cierto que ella y Angela se habían vuelto cercanas y que la tenía en muy alta estima porque no le parecía una mujer prejuiciosa, era inteligente y divertida, pero no podría decir que era su confidente, mucho menos para decirle que era que había pasado una tarde entera de sexo desenfrenado con el amigo en común con el que se habían encontrado el día anterior aunque en el fondo Catalina sentía que quería compartir con alguien lo que estaba sintiendo. Estaba ahí y un bip.
Mensaje de Angela:¡Cata! No me puedes dejar así. ¿Tu dónde estabas, mk?