Alejandra le dice al celador que por favor le diga a Camilo que ahora no lo puede recibir, que lo llama después. Camilo le envía un mensaje inmediatamente preguntándole que si todo está bien y ella le dice que si, que está ocupada y que se comunicará con él cuando tenga tiempo y que por favor no vuelva a venir a su casa sin avisar. Camilo le dice que ok y se va del edificio.

Alejandra llama a Sandra.

Sandra: Mamacita hermosa, qué alegría oírte, ¿cómo estás? ¿cómo te has sentido?

Alejandra: Bien, bien, mucho mejor Sandra María. Simplemente quería un poco de distancia, necesitaba estar sola y arreglar muchas cosas.

Sandra: Claro, me imagino. Por eso dejamos de llamarte con el Dieguis, aunque él está montado en una película, que era que tu estabas brava con nosotros, y pues yo no entendía por qué. Le dije mil veces que no se preocupara, que tu ibas a aparecer y acá estás.

Alejandra: Sandra, han pasado un montón de cosas. No estaba brava con ustedes, pero me tenían la cabeza grande con tantas versiones de lo que había pasado con ese video y trataron de convencerme de que habían sido tu y Diego.

Sandra: Aghh! ¡Puta vida! Te lo había dicho, ¿o no? Lo que pasa es que yo pensé que esa noche que estuve en tu casa habíamos quedado medio claras, aunque la verdad es que no había nada concreto. Fue el cabrón ese de Julio, ¿no?

Alejandra: No, fue Camilo. Fue Camilo el que difundió el video y fue él quien trató de meterme en la cabeza que habían sido ustedes. Contrató a un hacker y se metió en la cámara de Carlos y me hackeo el teléfono. Por eso sabía tantos detalles y a mi me pareció coherente su versión.

Sandra: ¿Que qué Alejandra? Esto no puede ser. Pero ese man esta loco ¿o qué? ¿Pero esto es cierto? ¿Tienes pruebas? ¿Quién te contó?

Alejandra: Las pruebas las voy a ver mañana y fue Juliana. Me llamó a contarme absolutamente todo.

Sandra: No puede ser. Esto está como para mi próxima peli. ¿Pero tu le crees a ella?

Alejandra: Por eso voy a ir a encontrarme con ella para ver y oír esas pruebas porque tiene audios. No tengo otra que ir a verificar para ver si puedo cerrar este capítulo de una vez por todas. Estoy mamada. Y tu me vas a acompañar.

Sandra: No, pues claro que te acompaño. ¡Qué tal que esta resulte ser una asesina en serie! ¿Bueno, y qué ha pasado con Carlos? El día del funeral de tu mami me alcanzaste a contar que te había mandado un mensaje justo cuando acababa de morir. ¿Volvieron a hablar?

Alejandra: No. Yo no le contesté. No tenía cabeza en ese momento para ponerme a hablar con él, no tenía ganas de nada. Como a los tres días volvió a escribirme un mensaje, me dijo que estaba trabajando mucho, pero que se había enterado de la muerte de mi mamá, me dio el pésame, le agradecí y ya. El está super enredado con su rodaje y yo la verdad no termino de convencerme con él. Se portó muy bien, pero es que ya no creo en nadie, mk. ¿Qué tal el avión de Camilo? Parecía mi esposo otra vez en todos estos días, un lord, se portó perfecto, me hizo un montón de vueltas, me traía comida, me hacía vueltas, hasta me pagó unos recibos ¿y ahora esto? Sandra, donde sea Camilo, de verdad que no se qué más me puede pasar. Ya cuando me estaba sintiendo un poquito mejor y ¿ahora me cae esta noticia? ¿Pero qué es esta racha?

Sandra: Nada, mija, nada. Racha la que he tenido yo en toda mi fucking vida y acá estoy parada dándole. Si fue ese hijo de puta, miraremos qué hacemos, pero usted hacia adelante. ¡Qué tal! Ese maricón quería volver contigo y se preparó toda una estrategia para parecer la persona que te iba a ‘salvar’ y ¿sabes qué? Tu no necesitas de él, ni de nadie. Tu eres una guerrera, Aleja. Tipos es lo que hay y seguro que te va a llegar el que es.

Alejandra: Pues hablando de eso, imagínate que ayer conocí un tipo divino. Es que no lo puedo creer. Me fascinó, pero obviamente es francés, no vive acá y se va mañana, ósea, chao. ¡Pero vieras el papacito! Me dejó loca. Voy a ir a comer esta noche con él y unos amigos. ¡Vamos! ¡Acompáñame!

Sandra: ¿De verdad? ¿Será? ¿Y a dónde van a ir?

Alejandra: No sé todavía. Quedó de mandarme el nombre del restaurante. Yo creo que va a ser en el centro porque se están quedando ahí. Pero son unos bacanes. ¡Yo soy mayor que él como cuatro años, qué risa!

Sandra: ¡Qué hps! ¡Vamos de una! Camine nos enrumbamos con esos manes, o bueno, vamos a comer y nos reímos, cambiamos de ambiente. Si, me parece buena idea. ¡De una!

Alejandra: ¡Super! Entonces por qué no te vienes para mi casa y salimos de acá, sí?

Sandra: Bueno, me queda bien porque voy a estar haciendo unas vueltas por ahí cerca. Te caigo más tarde. Un beso. Te quiero Aleja.

Alejandra: Yo también. Nos vemos más tarde.

Sandra llega más tarde a la casa de Alejandra, hablan con más detalle de todo lo que ha pasado últimamente. Hacen una video llamada con Diego quien llora de pensar en la historia tan loca que se había inventado Camilo. Le dice a Alejandra que él estaba super triste porque no entendía por qué ella no quería hablar con ellos y con las cosas aclaradas, se relajan, regresan las risas, las historias y el cuestionario preguntando por el francés. Alejandra se pone divina y sale con Sandra para el restaurante. Cuando llegan François se pone de pie inmediatamente, se le iluminan los ojos, le da un abrazo a Alejandra, tiene una silla a su lado reservada para ella, le dice que se siente, saluda emotivamente a Sandra y empieza el intercambio de palabras en francés, español, inglés, paisa y en todas las lenguas posibles. Solo hay alegría en esa mesa.  Todos ríen, celebran, comen y disfrutan una cena maravillosa. François no le quita los ojos de encima a Alejandra, le sirve el vino, le pasa el agua, le pregunta que si esta bien, que si quiere algo más, que está feliz de que ella esté ahí con él, que no puede creer que se vaya mañana. Alejandra le pregunta si tiene planes de regresar pronto y él le dice que no por ahora, pero que probablemente ella podría ir. Que le encantaría estar en Paris en su compañía, que la llevaría a unos sitios que sabía que le iban a gustar. La química entre los dos era innegable. La forma en la que él la miraba, como sonreía con cada cosa que ella decía, el impulso que sentía por mimarla, por complacerla. Todo era muy extraño; cada vez se acercaban más, se acariciaban disimuladamente, se rozaban porque les encantaba el corrientazo que atravesaba sus cuerpos cada vez que había un contacto entre los dos.

A un cierto punto, François le dice a Alejandra que se muere por besarla y ella se queda paralizada. Ahí los interrumpe Sandra que se levanta para ir al baño, pero antes les dice que les va a tomar una foto y Alejandra se pone de pie y le dice que la acompaña. Cuando están juntas Aleja le cuenta a su amiga lo que acaba de pasar.

Sandra: Alejandra, hace rato, mucho rato no veía esa cara tuya tan transformada, es que te brillan esos ojos de acá a la luna. Mamacita, disfruta esta noche, pasa rico. Ese hombre tan divino, como se ha portado de lindo y especial, ¡a ti qué te importa! Dale un beso, vete con él, haz lo que quieras, lo que te nazca y la vida se encargará del resto. Que se va mañana, si, ¿pero es que acaso tu no tenías planes también de irte para alguna parte? Pues vete unos días para allá. Pasa rico, disfruta la vida, aprovecha todo lo que te extrae esa pureza que tienes hoy. Sé feliz que lo mereces.

Cuando regresan a la mesa, François se incorpora, se pone de pie y le dice en el oído:

François: ¿Nos vamos para alguna parte los dos?