Paula le contestó la llamada a Fernando delante de Rossana. La había llamado para decirle que estaba muy aburrido viviendo en esa casa. Que hasta ese momento él había tratado de acomodarse, pero que sinceramente ya era demasiado, que no soportaba más el cinismo y la crueldad de Elsa. A veces creía que se había quedado ahí para mortificarla pero que a este punto era él quien se encontraba absolutamente amargado. Quería preguntarle a Paula si lo ayudaba a buscar un sitio para donde irse. De hecho, le ofreció irse con él. Paula le dijo que ella consideraba que lo mejor para ella era buscar un sitio donde vivir con Carolina, pero le comentó que Rossana estaba buscando para dónde irse y le contó a grandes rasgos la conversación que acababan de tener.

Fernando: Mijita, en medio de toda esta tristeza, me alegra que Rossana haya reaccionado. Esa muchacha, como todos, merece una oportunidad. A ustedes les tocó muy duro con Elsa. Yo no he podido entender por qué tiene esa rabia tan grande contra sus propias hijas. Su mamá es el clásico ejemplo de las mujeres que no deberían traer hijos al mundo; y no me malentienda, ustedes saben que yo las quiero, pero eso no fue suficiente para contener todo el mal que les hizo. Ella desde siempre ha tenido un carácter complicado; yo por estúpido pensé que tener un hijo la iba a cambiar, que de pronto experimentando ese amor tan grande que uno le tiene a los propios hijos se iba a ablandar, pero ¡qué va! Creo que hasta la empeoró. De todos modos, nunca va a ser tarde para que ustedes puedan rehacer sus vidas. Es que los papás no nos damos cuenta del daño tan grande que les podemos hacer a nuestros hijos con nuestras actitudes y todo porque no nos ocupamos de nuestros propios traumas. Nos creemos invencibles y muchas veces nos escudamos en lo siempre: ‘Yo hago lo mejor puedo’. Pues a veces eso no es suficiente. Uno tiene que ser responsable emocionalmente, tiene que darse cuenta de sus defectos, de sus falencias, de sus vacíos y mucho más cuando tiene hijos porque todos esos demonios se los va pasando a ellos y no es justo. Si uno decidió traer muchachitos a este planeta, lo mínimo es hacerse cargo con todo lo que eso representa, sobre todo asumiendo los propios límites. En fin, mijita, no la quiero aburrir con estos sermones de viejo, pero es que me da mucha lástima. Yo hasta había pensado que me podría ir a una casa de reposo. Ahí también estaría acompañado, y no me parece tan mala idea.

Paula: No, papi, ¿cómo se te ocurre? No sé qué pensará Rossana y si para ti pueda ser una opción, pero mientras ella se organiza de pronto se puede ir contigo y así se ayudan mutuamente.

Fernando: Por mí, no hay ningún problema y si para ella es una solución, pues no se diga más. Podemos buscar un apartamento apenas para los dos, pero lejos de Elsa. Yo ya no me la aguanto más y para serte sincero, tampoco me aguanto a Hugo. Me parece increíble ese cinismo; viene acá y se pavonea como Pedro por su casa, como si fuera el dueño y me mira como una hormiga. Yo ya estoy muy viejo para aguantarme pendejos.

Paula: Papi, ¿pero es que ellos tienen una relación formal? ¿O sea, están juntos o qué?

Fernando: Mijita, no sé, ni entiendo esas locuras de tu mamá. Ella tiene una vida muy misteriosa. Una vez los vi salir juntos de noche, pero pues sinceramente no podría decir que es que son novios. Lo que pasa es que para ellos la vida siguió como si nada. El sigue siendo bienvenido en esa casa, Elsa lo invita a él y a los niños a almorzar, y bueno, de ahí a que sean pareja no sé porque creo que Hugo no pierde el tiempo y tiene mas amoríos por ahí. La otra vez que me llamó tu tío Carlos, me contó un reguero de cosas que eso ni vale la pena mencionarlas, pero lo que sí es cierto es que no es la primera vez que se mete con alguien de la familia.

Paula: Pero entonces ¿cómo pueden seguir todos tan tranquilos, le abren las puertas y lo invitan como si nada?

Fernando: Porque la gente es así de imbécil. Antes de confrontar a las personas, pararlas y ponerlas en su lugar, prefieren hacerse los locos y hacer de cuenta que no ha pasado nada. Tu sabes muy bien cómo son las cosas en esta familia. Acá el culpable no es Hugo, sino ‘ellas’ que se le insinúan, que lo provocan, etc. Esa es mucha vagabundería de verdad. Yo ya estoy cansado de esos comportamientos tan fuera de lugar; por eso estoy buscando mi tranquilidad. A mi nadie me habla mal de ustedes porque saben que yo las quiero, pero tal parece que el pobre redentor es él. No, es que no se puede con tanta hipocresía. Mijita, ¿pero tú cómo has estado?

Paula: Pues de salud mucho mejor, papi. Por el resto esto es un proceso muy complicado. Hugo me está haciendo la vida a cuadritos y me ha tocado duro, y así va a ser por un largo período, pero yo ya no pienso dar medio paso hacia atrás. Pase lo que pase tengo que mantenerme firme porque cada vez que me entero de más cosas, siento repudio total por ese hombre. No sé cómo hice para estar tantos anos al lado de un ser tan horrible. Y ni hablar de lo de mi mamá; debo confesar que eso es lo que más duro me ha dado. No puedo terminar de entender cómo una mamá es capaz de causarle un dolor semejante a un hijo, me siento odiada y obviamente termino en el mismo lugar: culpándome. Me parece que fue que hice algo mal, que no hice lo suficiente, que me equivoqué, que no le di lo que esperaba. Mejor dicho, se me enreda mucho la cabeza.

Fernando: Paula, tienes que despojarte de esa culpa. Tú no hiciste nada, absolutamente nada malo. Tu mamá es una mujer muy complicada llena de problemas y es ella la única responsable de sus decisiones. No tiene por qué culparte, ni hacerle creer a nadie que eres tú la del problema. Lina y Santiago van a crecer, y más adelante van a entender las cosas sin tener esa influencia negativa constante en sus vidas. Así que no te amarres más fuerte esa cadena que llevas atada en el cuello. Rómpela, sigue adelante que vas bien, y haz tu vida, sé feliz porque eso es lo que mereces. Yo sé que debe ser muy duro aceptar que la propia mamá puede llegar a esos extremos, pero hay que afrontarlo. No es cierto que todas las mujeres son buenas mamás y eso es una realidad. Trata de estar tranquila por ese lado. Cuando puedas, nos vemos para empezar a mirar lo del apartamento, pero cuando tengas tiempo y ganas; yo ya empecé a mirar algunas opciones.

Paula: Bueno papito, Rossana me estaba diciendo que ella también se va a poner a buscar así que seguimos hablando para ir a mirar, ¿vale?

Paula colgó la llamada con su papá. En ese momento entra Margarita con cara de preocupación.

Margarita: Paula, me acaba de llamar el celador para decirme que Hugo está abajo, que si puede subir.