Camilo: Hola, no te asustes. ¿Ale, quien era ese tipo con el que estabas? ¿Pero es que ya tienes novio y yo no sabía nada?

Alejandra: ¿Primero que todo, tu como sabes con quien estaba? ¿Es que me estas persiguiendo? Segundo, yo no tengo por qué estar dándote explicaciones Camilo. Te estas comportando en un modo que de verdad no me gusta para nada. Ya te había dicho que no vinieras a mi casa sin avisar. ¿Quién te crees que eres?

Camilo: No te pongas a la defensiva. Yo simplemente me preocupo por ti. Quiero que no estés tan sola, aunque por lo visto no lo estás. No es que me tengas que dar explicaciones, es solo que hemos estado muy cerca últimamente, estamos haciendo planes de irnos juntos, ya sé que es como amigos, pero pues como amigo, lo mínimo que espero es que confíes en mí. Mira, mejor dicho, subamos a tu casa y hablamos tranquilamente.

Alejandra: No Camilo. Yo tengo una cita en un rato y estoy ocupada. No te estaba esperando y no tengo por qué subir contigo a mi casa y no. Esos planes para mi quedan cancelados; estuve pensándolo mejor y no quiero irme para ninguna parte en tu compañía, no es buena idea y mucho menos después de ver estos comportamientos tan raros y extremos. ¿A ti que te está pasando? ¿Es que no tienes nada que hacer? Me estás acosando Camilo y no me gusta sentirme así.

Camilo: ¿Pero a qué hora cambiaste de parecer si ya habíamos quedado en algo? Yo he suspendido un montón de proyectos porque estaba concentrado en nuestro viaje y en preparar todo para seguir con nuestros planes. ¿Por qué ahora me sales con esto?

Alejandra: Porque me da la gana. No me das confianza y quiero que me dejes en paz. A este punto no sé si de verdad me tenga que sentir agradecida contigo por la forma en que te portaste durante el proceso con mi mamá. Parece que tenías segundas intenciones y no me gusta eso. Creo que te aprovechaste de mi vulnerabilidad, te desconozco.

Camilo: ¿Ale, como puedes pensar algo tan horrible de mí? ¿Tú crees que estuve pendiente de ti todo este tiempo por segundas intenciones? Estas muy equivocada. Pero si me sorprende que tengas un novio y no me hayas dicho. ¿Quién es ese tipo? ¿No aprendiste nada de lo último que te paso?

Alejandra: ¿A ti que te importa quién es o quién ando? ¿Y de dónde sacas esos discursos pendejos de aprendizajes de qué? Mira, no tengo tiempo ahora para tus escándalos. Te pido gentilmente que me dejes en paz. Tengo muchas cosas que hacer, tengo cosas pendientes que cerrar y me quiero concentrar en eso. Por segunda y última vez te pido que no se te ocurra volver a aparecerte en mi casa y en mis espacios cuando se te dé la gana y por un periodo no quiero que me vuelvas a llamar, ni a mandar mensajes, ni nada por el estilo. Quiero y necesito estar en paz. déjame tranquila. Que tengas un buen día.

Alejandra se aleja y camina hacia la portería y él la persigue. Le dice que no lo deje ahí, que deben hablar, que es injusto todo lo que le acaba de decir. El portero le abre la puerta y Camilo entra también. Ella se voltea, le dice que por favor se vaya, que la deje en paz y le dice al celador que él no está autorizado para entrar al edificio, mucho menos a su casa. El celador se acerca a Camilo y le pide el favor de irse inmediatamente. Camilo se siente acorralado, sale y se va.

A ese punto, Alejandra se siente muy confundida y asustada. Apenas entra a la casa, llama a Sandra, le cuenta lo que acaba de pasar, le dice que ahora tiene miedo de salir y sobre todo porque la cita es con Juliana para ver las pruebas. Sandra le dice que no se preocupe, que se va volada con Diego para la casa de ella, que no vaya a salir sola y que cuando estén los tres buscan un sitio para encontrarse con Juliana en donde se sienta al seguro. Alejandra le dice que ok, que no se demore y que la espera.

Mientras está en su casa, recibe una llamada de François. Le dice que ya está arreglando la maleta, que está organizando las cosas y que salen en un rato para el aeropuerto. Le dice también que está muy emocionado de pensar que apenas llegue a Paris van a ver las opciones de las fechas para comprar el tiquete. Alejandra se siente contenta, pero al mismo tiempo piensa que tiene muchos pesos que no sabe si ese francés simpático y desprevenido, estará dispuesto a cargar con el baúl de cosas que la acompañan. Piensa que un video íntimo de ella está rondando por las redes, que tiene un ex marido acosador, que tiene un papá, unas hermanas y madrastra narcisistas y que es como si no hicieran parte de su vida; un ex amante que en cualquier momento podría repuntar porque es el protagonista del video, un proceso legal en curso por la difusión de ese video y otro con la empresa en donde trabajaba. Mejor dicho, ni siquiera está segura de poder contarle esa lista de mercancía que se le había acumulado en su vida en los últimos meses. François le dice que la llama desde el aeropuerto, que ya la extraña y no ve la hora de tenerla en sus brazos otra vez. Se despiden y Alejandra queda bastante pensativa.

No entiende por qué todo parece complicarse cada vez más. El comportamiento de Camilo la dejó absolutamente desconcertada y siente miedo. Piensa que no es normal que haya hecho todo eso para regresar con ella, si eso era lo que quería. Solo una mente retorcida podría causarle tanto dolor. A quién se le ocurre hacerle tanto daño a una persona para lograr su objetivo, exponerla de esa manera sabiendo que estaba afrontando una situación tan difícil con su mamá. ¿Pero qué clase de hombre era ese? ¿De qué estaba hecho?

En el fondo esperaba que esas pruebas no existieran, que Juliana estuviera mintiendo, que no fueran concluyentes porque sería como tener que abrir los ojos a las malas y ver una realidad que no quería ver. Los sentimientos de ella hacia Camilo se habían transformado desde que se habían separado, pero los motivos de ese divorcio no tenían que ver con un hombre de una personalidad narcisista o de un abusador, mucho menos de un acosador. Ella nunca se sintió ahogada o acorralada por él. Lo que desencadenó esa separación fue el tema de los hijos. Alejandra siempre estuvo clara con respecto a su decisión de no querer ser mamá y aunque él lo sabía, nadie se imaginó que con el tiempo pudiera cambiar de opinión. Y si, él empezó a insistir, pero cuando se dieron cuenta de que no iban a llegar a un acuerdo, la decisión de tomar caminos distintos, en medio del dolor que puede causar una ruptura, se llevó a cabo en buenos términos y él también estuvo de acuerdo con el hecho de que talvez esa era lo mejor para los dos. Entonces no podía creer que ahora estuviera comportándose de esa manera tan enferma. ¿Pero qué era lo que había ocasionado ese cambio en su personalidad? Parecía otra persona. Alejandra recibe un mensaje en su celular.

Mensaje de Juliana:

Hola Alejandra, ¿cómo estás? Espero que bien. Estoy pendiente de que me digas en dónde nos vamos a encontrar. Yo estoy en mi casa, vivo en la 65 con 4ª. Teniendo en cuenta la hora, si quedamos en un sitio por este sector, me parecería mejor.

Mensaje de Alejandra:

Hola Juliana, si, perdona que no te había escrito antes. Claro que sí. Estoy esperando a Sandra y a Diego. Si no te molesta, ellos me van a acompañar. Busco un sitio cerca a tu casa, no te preocupes.

Mensaje de Juliana:

No tengo ningún problema que vengas con tus amigos. Listo, entonces quedo pendiente. Nos vemos en un rato.

Alejandra con esos mensajes siente que tiene la confirmación de que es Camilo. Juliana no se sentiría tan tranquila, hubiera puesto resistencia al hecho de que ella fuera con sus amigos al encuentro, pero su respuesta determinada y sin problemas le hizo pensar que efectivamente se iba a encontrar con la verdad. Con el celular en la mano, se puso a revisar sus redes y a ver las últimas publicaciones cuando se encuentra con uno de los chismes de ‘Te lo cuento’. No puede creer lo que está leyendo.