Alejandra quedó sin saber qué decir. Solo lo miraba, seguía escuchando la canción. Carlos le acarició una mejilla, le sonrió y se quedaron en silencio unos minutos.

Carlos: ¿Sabes qué? Yo entiendo que éste no sea el momento para tomar decisiones, pero no quiero dejar pasar más el tiempo. Además, me tengo que devolver al rodaje. Te deberías ir conmigo así sea unos días. No tienes que responderme ahora si no te sientes segura, tampoco creas que te digo que te vayas conmigo para que te sientas comprometida; ya te había dicho que, si no me quieres hablar, no lo hagas. He pensado que me gustaría que me conocieras en mi ambiente profesional, que veas de cerca a lo que me dedico, me encantaría que hicieras parte también de mi mundo.

Alejandra: ¿Y mi mundo? Ahora que te escucho me pongo a pensar que sí, que a mí siempre me ha gustado el mundo del arte, me encanta la gente creativa, pero yo me dedico a cosas totalmente diferentes y ¿entonces cómo combinamos los dos mundos?

Carlos: Todo se puede hacer cuando hay voluntad Aleja. Yo nunca te pediría que renunciaras a lo que te gusta, a tu vida o a tu esencia. Si algo me gustó de ti desde que te conocí es tu autenticidad y eso me encanta.

Alejandra: Si tu supieras la cantidad de cosas que tengo en mi cabeza. No me he alcanzado de recuperar de todo lo que me pasó con ese video y se me muere mi mamá, pierdo el trabajo, mi exesposo trata de atacarme con ácido. Tengo ya no sé cuántas denuncias en curso en la fiscalía, un día pienso que me quiero ir fuera del país a estudiar, al otro día creo que me debo quedar y buscar otro trabajo, al día siguiente pienso que podría cambiar radicalmente de oficio y dedicarme a pintar. No tengo ni la menor idea de dónde estoy parada y mucho menos hacia dónde quiero encaminar mi vida. Tengo la cabeza hecha un sancocho. Lo último que me esperaba era que me hicieras una propuesta de este tipo. No sé ni qué comer esta noche, imagínate si voy a saber qué responderte.

Carlos: Te entiendo. No te quiero presionar. Tómate tu tiempo, no toda la eternidad porque tampoco es que soy el más romántico, pero piénsalo por unos días. Mira, si quieres vete con Sandra y con Diego este fin de semana para la casa donde estoy. Chismosean, descansan, se meten a la piscina y te relajas un poco. Cuando pienso en ese hp de Camilo, me hierve la sangre. ¿Dónde está ese cabrón?

Alejandra: Mi abogada me dijo que pagó una fianza y obviamente ya está en su casa. Lo que es claro es que no se puede acercar a mí.

Carlos: Dame la dirección de ese huevón.

Alejandra: ¿Y para qué?

Carlos: Dámela.

Alejandra: No me parece buena idea. Tu no tienes nada qué ir a hacer donde ese tipo. Me parece hasta peligroso.

Carlos: ¿Tú crees que a mí me va a dar miedo un pendejo de esos? Me da más miedo Sandra. No voy a ir a pegarle, yo no soy un pandillero tropelero, pero quiero que le quede claro que tu tienes gente que está pendiente de ti.

Alejandra: Pues bueno, ya te la mando por WhatsApp. No estoy muy convencida de esto Carlos, pero gracias por preocuparte por mí. De verdad lo aprecio mucho, y gracias por tu propuesta. Gracias por pensar que a pesar de esta marea de tragedias que han llegado a mi vida, te gustaría construir algo conmigo. No tienes idea cuánto significa para mí escuchar algo semejante en estas circunstancias cuando lo que siento es que se me cierran las puertas y las posibilidades para seguir, para confiar y para vivir con algo de esperanza. Gracias por estar pendiente, gracias por tu apoyo, gracias por los brownies, por las canciones, por las risas, gracias por todo.

Carlos: Gracias a ti por existir mi Aleja preciosa. Te voy a esperar. ¡Ojo! No por mucho tiempo, pero te voy a esperar, piensa en lo de este fin de semana. ¡Mejor dicho, allá los espero! Te quiero, linda.

Carlos se levanta, le da un abrazo a Alejandra, le da un beso en la mejilla y se escurre hasta estrechar los labios con los suyos. Ella lo mira, sonríe y le dice que no le robe los besos. El le da un beso en la frente y sale de la casa.

Sandra sale inmediatamente de su guarida para que Alejandra le chismosee con pelos y detalles. Ninguna de las dos cierra la boca con esa propuesta de Carlos.

Sandra: No, pendeja, y ahora qué vas a hacer, ¿mk?

Alejandra: Pues ni idea. Me parece tan loco todo esto. Nunca me hubiera imaginado que este hombre me hiciera semejante propuesta. Pero es que todavía no sabes la otra, porque fueron dos.

Sandra: Ay, no, Alejandra, comé mierda. ¡Contá todo completo! ¡Qué nervios!

Alejandra: jajajaja Me dijo que me vaya con ustedes dos, osea, con Diega y contigo para la casa donde se está quedando este fin de semana. Que nos vayamos a descansar, a chismosear, a pasar el fin de semana.

Sandra: ¡No se diga más! ¡Ya mismo alisto el chingue! ¡Nos fuimos! ¡Qué delicia! Wohoooo! ¡Diego se pone feliz, mk! ¡Es capaz de llevarse una tanga! Jajajaja.

Alejandra: ¿Será? Yo no sé. Claro que con ustedes me parece mejor que ir sola porque como yo no quiero intimidad con él ahora.

Sandra: ¿Mk, pero en serio tú qué sientes?

Alejandra: Sandra, ¿te soy sincera? No puedo dejar de pensar en François. No veo la hora de que sea mañana para hablar con él. Yo sé que suena medio insensato, pero me dejó loca. Me encanta, no tengo cómo describir lo que sentí cuando estuve con él. Me daba paz, serenidad. Me parece que tiene un alma linda, pura, no sé. De pronto es un serial killer, pero lo que me transmitió fue divino.

Sandra: Bueno, pues es que la verdad yo te vi transformada con ese muñeco. Es que es muy lindo, pero no es solo el físico, sino que en serio es un amor de persona.

El par de amigas se quedan hablando del más y del menos, contemplan la opción de irse el fin de semana a la casa de trabajo de Carlos, llaman a Diego, le cuentan todo y solo se oían gritos y carcajadas de todos los rollos.

Carlos llega a la casa de Camilo, quien se asoma a la ventana y cuando lo ve hace señas para decirle que ya sale y le abre la puerta.

Camilo: ¡Quiubo hermano!, ¿usted qué hace acá? No lo veía hace rato.

Carlos: Yo no soy su hermano, no sea igualado, pedazo de mierda. Nunca en la vida se le vuelva a ocurrir acercarse a Alejandra. Sepa que ella no está sola, tiene mucha gente que la está cuidando de ratas como usted. Y prepárese para la otra denuncia que le voy a poner por hackearme y por robarme mis cosas. ¿Qué pensó? ¿Que iba a jugar al niño bien que hace maldades y que se sale con la suya? Alístese maricón porque se metió con quien no debía.

Carlos se gira, Camilo está mudo. Espera a que Carlos se haya alejado y le grita:

Camilo: ¡Tan tierno el director de la comuna de Medellín! ¡Defendiendo a su princesa y ella ya ennoviada con otro! Jah! ¡No seamos tan patéticos!