Mariana y Daniel quedan en shock cuando ven entrar a su hermana y esposa respectivamente. Catalina apenas ve a Daniel se pone nerviosa pero Mariana inmediatamente rompe el hielo.

Mariana: ¡No! ¡Pero qué es esto! ¡Puro poder femenino! ¡Qué pena Dan!

Angela: Hola Dan, quiubo Mari. Cómo va? Cómo se siente hoy?

Catalina: Hola Dan, Mari, cómo te sientes?

Mariana: No, pues si les contara! La Clínica es super cool. Me tratan muy bien, los médicos son excelentes, las enfermeras regias. El ají me lo ponen son los visitantes, mk.

Angela: ¿Por qué? ¿Quién vino?

Mariana: ¿Pues no ve este personaje que está acá?

Angela: ¡Ah! Gracias por venir Dan.

Daniel: No me des las gracias, ¡qué tal! Quería saber cómo estaba Mariana. Cata, tu cómo estás? Saliste temprano de la oficina?

Catalina: No fui a trabajar hoy. No me sentía anímicamente bien para ir a la oficina.

En ese momento le entra una llamada a Daniel. Se excusa y sale de la habitación. Angela, Mariana y Catalina se quedan hablando en voz baja.

Angela: Mariana, ¿quién vino? La señora de la recepción me dijo que dizque vino su otra hermana. Yo me hice la loca y dije: Ah! Si! ¿Quién era?

Mariana: La esposa del psicópata. Que a todas estas, ¿cómo hizo para saber que yo estaba acá?

Angela: ¿Laura? Pero si yo no le dije nada.

Catalina: Angie, tu me dijiste que te saliste al patio a hablar con Mauricio. No le dijiste a él algo de la clínica o algo por el estilo?

Angela: ¡Ay mk! Si. Le di los datos porque me dijo que Daniel quería venir y ella estaba en el baño. ¡Mucha pelota! No caí en cuenta. ¿Pero a esa vieja qué le pasa? ¿Y a qué vino?

Mariana: A amenzarme. Al mejor estilo de ‘Mujeres Asesinas’, me dijo que nunca jamás en la fucking life me volviera a acercar a su amado esposo.

Catalina: No, pero esto si es lo máximo. ¿Entonces ella sabe que tu hablabas con él? ¡Puta! ¡Qué tal que también haya visto mis conversaciones con él! No, yo no tengo nervio para estas cosas.

Mariana: ¿Sabes que no creo? Porque ya entrada en gastos, te hubiera mandado algún mensaje conmigo. Lo único que yo les digo es que no quiero saber de esa gente. Quiero cerrar para siempre este capítulo tan horrible de mi vida. Andrés Santamaría es lo peor que me pudo haber pasado.

Catalina: Mariana, ¿pero tu estás segura que era con él que estabas hablando?

Mariana: Me mandaba fotos, me mandó mensajes de voz. La verdad no muchos apenas un par. Pero era él.

Catalina: ¿Y fotos de qué tipo?, perdón que te pregunte.

Mariana: de muchos tipos. A veces de su carita todo tierno y angelical y otras de su berenjena en todo su esplendor y potencia.

Catalina: ¿Tu tienes alguna foto todavía?

Angela: ¡Catalina! ¿Pero para qué quieres ver eso? ¿De qué te sirve? ¿Es que tu le quieres creer a ese tipo?

Mariana: Yo la entiendo y si, Cata. Todavía tengo algunas fotos pero en mi computador. Yo borré todo del celular. El computador está en la casa de mis papás. Puedo llamar a mi papá, le digo la password de la carpeta y que me las mande.

Angela: ¡Mariana!!

Mariana: jajajaja ¡Vieran las caras de ustedes dos! Pues les toca traerme el computador. No hay de otra.En ese instante entra Daniel a la habitación y le pregunta a Catalina que si puede salir un momento. Catalina accede.

Daniel: Cata, yo creo que necesitamos hablar. ¿Crees que eso sea posible?

Catalina: Pues claro que necesitamos hablar y claro que creo que es posible siempre y cuando tu estés más tranquilo y sobrio.

Daniel: ¿Te parece si hablamos esta noche en la casa? Yo tengo que volver a la oficina ahora, pero me desocupo temprano y nos encontramos en la casa, ¿si?

Catalina: Ok. Dan, tenemos que hablar de muchas cosas, no solo de esto que pasó.

Daniel: Si. Lo sé. Nos vemos esta noche.

Daniel le da un beso en la mejilla a Catalina, entra a la habitación, se despide de Mariana y de Angela y sale.

Angela: Oiga, mi mamá me dijo que iba a venir después de acompañar a mi papá a una cita médica. ¿No será que alcanzamos a pedirle el computador?

Mariana: Pues llámela.

Angela llama a su mamá quien le dice que estaba cerrando la puerta de la casa y que salía para la Clínica. Angela le dice que por favor se devuelva y que le traiga el computador a Mariana. La mamá le dice que bueno y que se ven en un rato. Mientras esperan, Mariana, Angela y Catalina siguen conversando.

Angela: Cats, ¿qué te dijo Dan?

Catalina: Que si podemos hablar esta noche.

Mariana: Por fin un poco de sensatez en medio de tanta gente con problemas mentales, incluyéndome.

Angela: Cata, ¿tú qué quieres? ¿Crees que hay algún chance de arreglar las cosas?

Catalina: No sé. Primero, no sé si Daniel podría seguir conmigo sabiendo que estuve con otro tipo. El es demasiado machista y paranoico como para empezar de ceros y creo que eso sería una tortura para mi. Yo le dije que tenemos que hablar de otras cosas, por ejemplo del trago y sus fiestas. Pero por otro lado, no sé. Daniel tiene sus cosas, sus defectos, pero me da miedo quedarme sola porque creo que no voy a poder. Como que él es el que siempre me aterriza cuando yo he pensado en dar pasos que no me convienen. El es mi polo a tierra. Por ejemplo yo estaba pensando en aplicar a otro trabajo para cambiar y él me hizo reflexionar acerca de lo que eso implicaba, de los riesgos, de la posibilidad de quedarme sin el pan y sin el queso. Me da susto que…

Mariana: ¡A ver, a ver, a ver Catalina! Me da pena contigo, pero eso no es aterrizar, eso es cortar las alas. Eso es querer controlarte y no apoyarte en tus proyectos. Uno no puede permitir que nadie lo haga dudar de sus propias capacidades. Mira, yo misma le dije a Daniel que probablemente estaban a tiempo de salvar su matrimonio, pero uno tiene que saber poner las cosas en balanza y evaluar con rigor si lo positivo pesa más que lo negativo. ¡Y ojo! Lo positivo no son los años de matrimonio, la familia de bien, la forma en la que los ven sus papás, que Daniel sea el gerente creativo de una mega agencia de publicidad, etc. No. Lo positivo es cómo estás tú posicionada en esa relación, cuál es tu rol, tu libertad, tu felicidad, tu vida propia, tus proyectos, tus intereses. Es que vivir en pareja no quiere decir que uno se tiene que olvidar de uno. No señor. Ustedes podrán decir que no tengo autoridad moral para hablar de estas cosas por todo esto que me ha pasado. Sepan que si. Que justamente he atesorado cada error, cada bajón, cada revés. Me he vuelto fuerte gracias a todas estas cosas que me han pasado y he vivido mi vulnerabilidad y mi estupidez con dignidad porque no me interesa parecer perfecta. He buscado ayuda porque no quiero dejarme vencer de mi propia mente, sé que las enfermedades mentales no son un juego, pero jamás me ha dado pena decir que estoy en terapia, ni me siento mal por estar en esta Clínica. Al revés, creo que fue lo mejor que me pasó y me importa un culo que la gente me mire con compasión, como si necesitara una camisa de fuerza. Más compasión siento yo de los que señalan y hablan sin fundamento de un tema tan serio como éste. Afortunadamente nunca me ha interesado posar. Así que Catalina, no te sientas menos por esto que pasó y mucho menos creas que por haber tenido un desliz mereces ser lapidada. Ni más faltaba!

Angela: Uy, mk. Mariana. Tengo que decirle que estoy super de acuerdo con cada una de sus palabras.

Catalina queda en silencio y muy pensativa. En ese momento entra la mamá de Mariana y Angela. Las saluda a todas, le dice a Mariana que su hermano está muy pendiente. Que llega en dos días de viaje y que no ve la hora de verla. Finalmente le entrega el computador. Angela se lleva a la mamá para la cafetería a comprar un café para distraerla mientras Mariana y Catalina se quedan con el computador. Mariana abre la carpeta y a Catalina le tiemblan las piernas. Abre la primera foto y empieza a pasar una a una, incluídas en las que aparece la berenjena.

Mariana: ¿Entonces, Cata? Es Andrés, si o no?

Catalina: ¡Hp! ¡Si es! ¡Si es!