Sofía pegó un grito pidiendo que llamaran urgente una ambulancia y preguntó si alguien sabía hacer la maniobra de reanimación. Uno de los participantes coordinó la salida de todo el grupo del salón y uno de los colegas de Sofía se acercó diciendo que no era un experto, pero que podía tratar. Margarita llegó corriendo desesperada, gritaba, daba vueltas, no sabía qué hacer. El compañero de Sofía estaba haciendo los masajes, pero Hugo no reaccionaba. Por fin llegó la ambulancia, le tomaron los signos vitales e iniciaron inmediatamente la reanimación con la instrumentación adecuada y se lo llevaron en el acto para el hospital. Margarita se fue con ellos y Sofía se quedó paralizada en la oficina. Nunca le había pasado algo semejante y estaba en shock. En ese momento le entró un mensaje de Martín: ‘Hola Sofi, me fue super en el parcial’. No pudo ni contestar, además porque se imaginaba que estaba con Juliana y no quería ser ella la que le diera esa noticia, mucho menos a través de Martín. Pensaba que Margarita se ocuparía de todo.

Sofía llamó a Santiago y le contó lo que había pasado. Los dos estaban en negación total. Santiago le decía que había que esperar.

‘Es que yo creo que no tenía signos vitales, Santi. Los paramédicos estaban corriendo mucho. No sé. Tengo miedo de averiguar qué pasó. Esto sería de locos. ¿Te imaginas que Hugo se haya muerto? ¡Qué cosa tan horrible!’

‘No te adelantes. Hay que esperar las noticias de Margarita. Es un tipo en forma, está joven, yo creo que sale de eso. Para completar, Martín me mandó un mensaje diciéndome que les había ido bien el parcial a todos. En ese momento me llamaste tu y no le he contestado’.

‘Si, a mi también me escribió, pero no fui capaz de responderle y te llamé. Debe estar con Juliana y no quiero decir nada. Me imagino que Margarita llamaría a la esposa y será ella la que le avise a su hija. No puedo creer esto’.

‘Pues yo lo voy a llamar, avísame cualquier cosa por favor’.

Sofía se despidió de Santiago y no sabía qué hacer. Miraba ese celular para ver si Margarita le escribía, la llamaba y nada. Pasaban los minutos, pero ella sentía que eran horas. Finalmente la llamó su jefa. Estaba con la voz un poco más pausada, pero con el tono bastante preocupado.

‘Margarita, ¿qué ha pasado? ¿Cómo está Hugo?’.

‘Nada querida, no sabemos nada. Ana María ya llegó. A Hugo lo tienen en reanimación y aún no tenemos noticias. Solo que ella me llamó para que te preguntara si él había estado regular, o tenía algo, o había pasado algo raro. Yo le dije que yo lo había visto perfecto, como siempre, pero no sé si tu notaste algo raro’.

‘Nooooo, nada. Así como lo viste tú estuvo todo el tiempo. Estaba super normal. De un momento a otro empezó a sudar mucho, hizo algunas pausas, y cuando me acerqué se cogió el brazo izquierdo, se cogió el pecho y se cayó al piso. Eso pasó en segundos. Y bueno, ahí empezó el boroló. ¿Pero la esposa te dijo si él sufre de la presión o tenía antecedentes con el corazón?’

‘No sufre de la presión, pero su papá murió de un infarto. Como que tienen historia familiar. Ana María está super angustiada. Llamó a Juliana, me imagino que ya viene para acá’.

‘Dios mío Margarita, qué cosa tan espantosa. Yo espero de todo corazón que logren estabilizarlo. Estoy segura de que se va a recuperar, pero qué susto tan horrible. Yo todavía estoy temblando’.

‘No, pues me imagino. Para ti tuvo que ser muy impresionante. Si yo que no estaba ahí casi me desmayo. Pues nada, te cuento cualquier novedad. Vete para tu casa y hablamos más tarde’.

Sofía terminó la llamada, se fue para el salón. Recogió sus cosas; algunos colegas le preguntaron si tenía noticias, ella les dijo que aún no se sabía nada, que se iba y que les avisaría tan pronto supiera alguna cosa. Salió de esa oficina con sus piernas temblorosas; cogió su carro y se fue para la casa. Encontró a su mamá con Nicolás. Le había pedido el favor de recogerlo porque ella iba a estar en el curso y apenas la vio se puso a llorar. La mamá se alarmó, le preguntó qué pasaba y ella como pudo le contó. La mamá le dijo que entendía que estuviera nerviosa, pero que tratara de calmarse. ‘Seguramente fue alucinante Sofi, pero estas cosas a veces pasan. Esperemos noticias de tu jefa, ojalá que ese hombre se recupere. Ve y ponte la pijama y descansa un poco, te voy a hacer un agua aromática para que calmes’.

Sofía se fue para su habitación. Santiago llegó pocos minutos después. Entró a la habitación, abrazó a Sofía y ella no paraba de llorar. Le decía que no sabía por qué estaba tan afectada, pero que estaba muy nerviosa.

‘Es normal, mi amor. A uno no le pasan esas cosas todos los días y ver una persona en un estado de esos tiene que ser aterrador. Tú hiciste lo que tenías que hacer, Le dieron los primeros auxilios, llamaron la ambulancia, más de eso, es imposible. Trata de calmarte y esperemos a ver qué pasa. Yo estoy seguro de que ese tipo se va a recuperar, no te preocupes’.

Mientras Sofía se ponía la pijama y se quitaba el maquillaje, se le vino a la mente que el celular de él lo debía tener la esposa y seguro había visto los mensajes que le había mandado ese día y quién sabe si había tenido la precaución de borrar los anteriores. Le entró casi un ataque de ansiedad. No soportaba la idea de que ella estuviera en el medio de una cosa tan desagradable. Claro, fue un infarto, no es su culpa, pero el hecho de que su esposa se diera cuenta del cruce de mensajes de ellos dos, le producía pavor, además porque estaba segura de que se lo contaría a Margarita y cómo iba a volver a mirar a su jefa. O Mejor, ¿cómo la iba a volver a mirar Margarita a ella? Se estaba haciendo muchas preguntas.

En ese momento entró Santiago y le dijo que Martín estaba en el hospital porque él y Manuela habían acompañado a Juliana que estaba muy afectada y que no era capaz de ir sola. Sofía se quedó en silencio. Era tal el agobio que sentía, que se le pasó por la mente pedirle el favor a Martín que le quitara el celular de Hugo a la esposa. Cuando cayó en cuenta de lo que estaba pensando, se echó agua fría en la cara para reaccionar. ‘Dios mío! ¡Pero qué cosas estoy pensando! ¡Lo más importante es que ese tipo se salve y yo acá sufriendo por los mensajes!’. Trató de recomponerse, salió del baño, se tomó el agua que la mamá le había preparado y se quedó en silencio esperando a que sucediera algo.

Santiago entró a la habitación, la miró, se sentó junto a ella, la abrazó.

‘Nunca te había visto así. Estás temblando’.

‘Quedé muy impresionada. Además, se me viene a la cabeza la última cosa me dijo y me da escalofrío. Es que fue una amenaza. Me dijo morronga y me miró con odio. Era claro que quería hacerme algo. No soportó la idea de que lo rechazara y estaba fuera de sí. Tengo una mezcla de emociones que no logro definir’.

En medio de esa conversación, le entró la llamada de Margarita. Sofía contestó inmediatamente:

‘Hola Margarita, ¿qué pasó?’.

¿Será que Hugo se salvó? ¿Será que Margarita ya sabe de los mensajes?