Mientras Santiago se quitaba la ropa, Sofía buscó ‘Vuelta por el Universo’ de Cerati y la puso. Una vez más tuvieron un encuentro íntimo muy especial, sin embargo, esta vez el erotismo se mezclaba con dulzura, con miradas intensas, pero profundas; era como si en el fondo de arrebato y deseo, se asomara esa conversación que no tenían desde hace mucho tiempo. Sofía sentía que amaba a Santiago con locura, que era lo mejor que le había pasado en la vida. Estaba feliz y disfrutó sin excepción cada segundo con su esposo. Después de quedar rendidos en la cama mirando hacia el techo, Santiago le dijo a Sofía:

‘¿No será que estamos jugando con fuego?’.

‘Pues no me parece. En cambio, lo que yo estoy sintiendo por ti es inmenso. No me vayas a quitar este placer, por favor. No te alcanzas a imaginar cuánto estoy disfrutando esto. Es como si estuviera explorando cosas que ni siquiera sabía que estaban por ahí. ¿Pero es que tu no te sientes igual?’.

‘Claro que sí. Pero, justamente es eso lo que me hace pensar. ¿Entonces no vamos a poder sentirnos o descubrirnos íntimamente sin que tú estés hablando con alguien más? Lo encuentro un poco chocante. ¿En qué momento decidimos dejar entrar a unos desconocidos en nuestra vida privada? Porque eso son Sofía: desconocidos, y el riesgo es grande. Mira que Hugo ya se estaba poniendo raro. Uno no tiene ni idea qué tiene la gente en la cabeza, qué hace cuando nadie está viendo, qué vicios o hábitos tiene, no sé, por un lado, me gusta sentirte así, desinhibida, relajada y feroz al mismo tiempo, pero no puedo dejar de imaginarme que esto puede tomar una dirección equivocada’.

‘Santiago, me parece que estás sobre pensando. Y sé que no va a sonar bonito, pero Hugo ya no está. Antonio es muy distinto’.

‘Pero ¿tú qué vas a saber, mujer? Hablas como si fuera tu mejor amigo de toda la vida. Ni lo conoces. Eso es lo que pasa Sofía. ¡Es un tipo con el que has hablado por Instagram, por Dios! ¡Quién sabe qué pueda tener en la cabeza!’.

‘Lo que tú no has entendido es que yo nunca me voy a ver con esas personas. Lo de Hugo fue una cosa muy casual, pero con Antonio no tengo la menor intención de acordar encuentros. Simplemente fantaseo un poco, y parece que él también. Eso no le hace mal a nadie, al revés, a nosotros nos está haciendo mucho bien’.

Sofía se le acercó a Santiago, empezó a acariciarlo, le dijo que no pensara más en eso y entre pensamientos y dudas se quedaron dormidos. Al día siguiente, Sofía se despertó para empezar la rutina de siempre con el niño mientras Santiago dormía. Se fue con Nicolás para la cocina y mientras le hacía el desayuno recibió una llamada de Margarita.

‘Perdona si te molesto a estas horas Sofía, pero no te imaginas lo que fue esta historia ayer. Todavía estoy en shock. ¿Tú cómo estás?’.

‘Bien Margarita, mejor. No te voy a negar que fue muy tenaz vivir esa experiencia, pero como hablaba con mi esposo, a veces esas cosas pasan. Hugo era un tipo joven, sin embargo, el ano pasado tuvimos la experiencia con una amiga de la universidad. Estaba casada con un tipo como de 40 años, deportista, sano, no fumaba, no tomaba y un día nuestra compañera se despertó y volteó a mirarlo y estaba muerto. Le había dado un infarto. Hay cosas que uno se explica. ¿Cómo están Ana María y Juliana? ¿Sabes hasta qué hora se quedó Martín, el hijo de Santiago?’.

‘No, Ana María estaba destruida. A Juliana la vi afectada, pero un poco más tranquila. Menos mal Martin y la otra amiguita la acompañaron. Mira, no supe la hora, pero si me dijo Juliana que la mamá de Martín había ido a recogerlo a él y a Manuela. Yo no hablé con él, pero bueno, tu sabes cómo son los jóvenes, para ellos el mundo es distinto. Es el papá de una amiga. En esa edad uno no se compenetra tanto. Yo los vi tranquilos, preocupados por ella, pero serenos. La mamá de él estaba inconsolable y la hermana. Decían que estaban repitiendo la misma cosa que con el papá. En fin, tú sabes que estas cosas ahora se hacen rapidísimo. Creo que a Ana María le preguntaron que, si era necesaria una autopsia, ella dijo que no, así que por lo que me dijo el funeral puede ser mañana. Yo te aviso’.

‘Ok, mil gracias, Margarita; ¿y no pasó nada más? ¿No encontraron más información? O sea, me refiero a algo que de pronto le hubiera podido ocasionar ese paro’.

‘Ana María le esculcó ese celular de atrás para adelante, pero no encontró nada raro. Es que nosotras estábamos ahí. Sabes que yo con mi mente loca pensé que de pronto se había metido un pase o algo; yo no tengo ni idea si él era vicioso, pero es que lo único que vimos fue cuando él se tomó el vaso con agua y después se fue para el baño. Yo fui la que le dije a Ana María que mirara el celular, que le revisara los bolsillos, la billetera, todo. No había nada, querida. Nada. Se nos fue Hugo, y nos jodimos con el curso. ¡Ay! No mentira, pero pues es que eso también me preocupa. Ya veremos qué hacer con ese tema. No te molesto más, descansa y tan pronto tenga noticias del funeral te aviso’.

Sofía colgó esa llamada y le volvió el alma al cuerpo. Le habían revisado el celular a Hugo y no había rastro de las conversaciones con ella. Suspiró fuerte y pensó que Hugo era un hombre que sabía hacer las cosas. Claro, años de práctica, lo habían convertido en un infiel experto y conocía perfectamente cómo comportarse como tal. Una regla de oro era no dejar indicios. ‘¡Aprecio el gesto, desgraciado! Que en paz descanses’, susurró Sofía mientras batía los huevos. Apenas se levantó Santiago, Sofía le contó la conversación con Margarita y eso, sin duda, les trajo un ambiente de calma en la casa.

El día transcurrió sin novedades. Santiago llamó a Martín para preguntarle cómo estaba, y lo encontró bastante bien. Le preguntó si quería hacer algo, pero le dijo que ya había hecho planes con su hábitat. Tenía unos rituales específicos y el mantenimiento de ese lugar no era tan sencillo. Allí tenía anfibios, insectos, escarabajos, hormigas y las condiciones en las que podía mantener ciertas especies eran muy específicas: la humedad, la temperatura, el oxígeno, la luz; eran muchos los factores que intervenían, así que dedicaba horas a la conservación de su lugar preferido. Como su hijo mayor lo cambió por unos bichos, Santiago decidió irse con Nicolás para donde su mamá y dejar a Sofía que se alistara para ir al cumpleaños de su amiga.

Llegó la hora del encuentro de Sofía. Llegó al restaurante y ya estaba Andrea con un grupo de mujeres. A unas las conocía, a otras no. Se sentó y empezaron a hablar del más y del menos. Sofía obviamente contó el fatal episodio del día anterior. Todas comentaban, se tapaban la boca aterradas y así una a una fue contando alguna historia hasta que fue Andrea la que se destapó con sus amigas.

‘Bueno, les tengo un chisme: jajaja… ahí si paran oreja, ¿no? Yo sé que les había dicho casi a todas que ya iba a tirar la toalla con lo de los tipos. Hablando en serio, me siento algo frustrada. No sé por qué se ha convertido en una tarea tan difícil conocer a alguien. Como que andaba metida en un loop interminable de citas y citas en un solo mar de desilusiones. Nada me salía bien y como siempre, los culpaba a ellos. No voy a decir que es cierto que uno se encuentra con cada personaje, pero también es justo reconocer que no son siempre ellos. Esta cosa de ser la mujer independiente, capaz, trabajadora, empoderada, la que factura, es real; sin embargo, a veces me parece que se nos sale un poco de control la cosa y no porque no sea válido, todo lo contrario, pero si porque no caemos en cuenta de que estamos viviendo un período de transición. Esto que pasa con los hombres, el sistema en el que llevamos históricamente hace que para ellos también sea difícil de asimilar esta voltereta tan berraca que estamos dando las mujeres, porque si uno se pone a ver, la generación de esos tipos que nosotras estamos frecuentando, vienen de hogares tradicionales – no todos, claro -, pero si están acostumbrados a ver otras cosas en sus casas, en sus familias, en fin. Con mi psicóloga me he dado cuenta también de varios detalles míos que siempre justifico y que pareciera que no estoy dispuesta a cambiar, así que queridas, les cuento que conocí un tipo con el que probablemente todo puede fluir. Peroooooo, independientemente de lo que pase, lo que me gusta es darme la oportunidad. Vamos a ver qué pasa, pero estoy contenta’.

Una de las amigas que estaba en el grupo le preguntó con impaciencia:

‘Pero ¿quién es? Mk, ¡cuente ya!’.

¿Quién será el nuevo enamorado de Andrea?