Sofía se paró y empezó a alistarse para salir. Estaba por coger la cartera cuando recibió una llamada del jardín del niño. Una profesora le informaba que Nicolás estaba con un poco de fiebre y que recomendaba recogerlo. Sofía le dijo que ya iba para allá. Salió con un poco de angustia directo al jardín y tuvo que devolverse para la casa para cuidar a su hijo. Por más de que se moría de la curiosidad de lo que había en esa USB no podía hacer nada por el momento. Se dedicó a cuidar al niño, le midió la fiebre y afortunadamente no era tan alta. Le dio un analgésico, lo acostó y se quedó junto a él mirándolo y dejando escapar una que otra lágrima. Le mandó un mensaje a Santiago avisándole.

A los pocos minutos la llamó.

‘Hola Sofi, ¿cómo está el niño?’

‘Se quedó dormido. Estoy esperando a ver si le baja la fiebre. La profesora me dijo que había varios niños enfermos. Hay un virus por ahí.’

‘Bueno, esperemos que no sea nada grave. Yo estoy terminando una cosa acá en la oficina y salgo inmediatamente para allá. ¿Tú cómo estás? No contestaste mis mensajes’.

‘Yo estoy bien y no tengo ganas de hablar de mí, ni de los dos. Por ahora, quiero que Nico se mejore, es lo único que me importa. Nos vemos más tarde’.

Sofía colgó la llamada y se quedó inmóvil mirando a su hijito. Le mandó un mensaje a Andrés y le dijo que no iba a poder ir a recoger la USB y que le avisaría cuando estuviera disponible. En ese momento recibió una llamada de su mamá. Le contó todo lo que había pasado y mientras el niño dormía ella entre sollozos no paraba de hablar. La mamá dejó que se desahogara, cuando por fin hizo una pausa, le dijo:

‘Sofi, es una situación complicada. Entiendo que estés triste y muy afectada, pero es en estos momentos cuando hay que pensar con cabeza fría. Santiago había podido negarte hasta la muerte y no confesar nada, pero decidió contarte la verdad. Por más doloroso que parezca, hay que darle valor. No lo exime de sus actos, pero si quiso ser sincero es porque tiene intenciones de salvar la relación y le ha dado prioridad a su familia. Tú no hiciste nada con esos hombres, aunque sí coqueteaste con ellos. Sí, se lo contaste a Santiago, pero no puedes excluir que esto sea también infidelidad, por más consentida que sea. Puede que yo no sea tan moderna, que no entienda mucho de tecnología, pero las cosas son como son Sofía, si uno está casado y se pone a hablar con otros hombres, a coquetear, por un lado, le está incentivando un deseo a esa persona y, por otra parte, está abriendo una puerta de un espacio en el que no sabe qué se pueda encontrar y para la muestra un botón. ¿Ahora, a ti qué te importa qué hay en ese aparato? ¿Por qué tienes tanto interés en saber qué tiene ahí ese señor? El ya se murió Sofía. Lo que haya guardado, lo que sepa esa señora Ana María, ¿a ti qué te importa? Deja eso así. Habla con ese tipo y dile que bote eso y olvida ese tema. Dedícate a reconstruir tu hogar, concéntrate en eso y olviden ya a esa mujer. Mira Sofía, el verdadero problema cuando llega la infidelidad a un hogar, es cuando ‘el o la infiel’, dudan del amor por su pareja y están enamorados de la otra persona. Este no es su caso. Lo de Santiago fue un desliz, pero si tu estás dispuesta a aceptar tus errores y los de él, están a tiempo para seguir juntos y dejar eso atrás. No te metas en más problemas, y cancela ese tema con ese muchacho para descubrir quién sabe qué más cosas. Eso ya no tiene sentido’.

Sofía escuchaba a su mamá con atención. sabía que en el fondo tenía razón y la hizo dudar con respecto a la USB, sin embargo, había algo que no la dejaba en paz. Ella tenía que saber si Ana María había planeado todo para vengarse, o qué más había detrás de ese asunto. No le dijo nada a su mamá al respecto y le prometió que iba a pensar las cosas con calma, pero por ahora lo que quería era que el niño se mejorara. Colgó la llamada y se fue para la cocina a prepararse un té. En ese momento llegó Santiago. Le preguntó cómo seguía el niño, y subió a verlo. Al rato bajó de nuevo, la miró con ternura y algo de desespero y le dijo:

‘Sofi, mi amor, estoy destruido. Yo no soy capaz de seguir la vida sin ustedes. Se me va el aire de solo pensarlo, por favor perdóname. Hagamos lo que sea necesario para seguir adelante y olvidemos esto, te lo ruego’.

‘Santi, yo estoy peor que tú. Me duele cada parte de mi cuerpo y de mi alma. No puedo creer que hayas estado con esa mujer, pero te puedo jurar que hay algo que ella se trae entre manos’.

Sofía le contó a Santiago lo de la USB. Santiago todavía un poco escéptico le dijo: ‘Bueno, yo hago lo que tu quieras. Puedo ir yo a recuperar esa USB y vemos qué es lo que hay ahí para salir de dudas. La verdad, no es que quiera salir en defensa de nadie, mucho menos de Ana María. No me parece que sea una niña como para no saber lo que estaba haciendo, pero yo tampoco soy un niño y me equivoqué. No la veo con esos alcances, sin embargo, si tú tienes esa sospecha, pues vamos a resolverlo. ¿Quieres que vaya ya?’.

Sofía se quedó pensando por un par de segundos. Vio la hora y le dijo a Santiago que no, que lo mejor sería esperar hasta el día siguiente porque no quería quedarse sola con el niño. Le dijo que por ahora dejaran ese tema en pausa porque ya no podía derramar una lágrima más y quería estar tranquila. Subieron juntos, el niño se había despertado, se le había bajado la temperatura, pero estaba muy congestionado. Le dieron algunos medicamentos y Sofía solo quería consentirlo y abrazarlo. Pasaron una noche relativamente tranquila. El niño se despertaba a ratos, tenía un poco de tos y la maluquera propia de una viral. Sofía supo que al otro día no iba a poder ir a trabajar porque no podía mandar el niño así al jardín.

Al día siguiente, se levantaron. Nicolás había amanecido un poco más congestionado. Sofía le escribió a Margarita, diciéndole lo que estaba pasando y le avisó que no podría trabajar. Su jefa le contestó que no se preocupara y que esperaba que se recuperaran pronto el niño y ella, porque a ese punto pensaba que los dos estaban enfermos. Era cierto. Ella del alma y Nicolás del cuerpo. Sofía se activó. Buscó el teléfono del pediatra. Lo llamó para contarle lo que estaba pasando con el niño. El médico le dio algunas indicaciones y le dijo que siguiera tratando al niño de esa manera y que, si había variaciones, le avisara. Santiago se estaba alistando y Sofía le dijo que por favor pasara él a recoger esa USB. Él estuvo de acuerdo.

Sofía llamó a Andrés y acordaron que Santiago pasaría a recogerla antes de irse para la oficina. Los dos recordaron que Antonio iría a tomar las fotos donde Martín. Sofía le dijo a Santiago que fuera.

‘A este punto, me imagino que esa bruja no se va a aparecer por allá, ¿no?’ – le dijo Sofía con un tono fuerte -.

‘Claro que no. Yo te aviso cuando estemos allá y apenas llegue a la oficina veo qué hay en esa USB y te llamo’.

En eso quedaron. Sofía se quedó pegada del techo. No sabía por qué le generaba tanta angustia saber; era como si en el fondo supiera que lo que había ahí era una bomba. Se quedó intranquila, pero se ocupó mientras le preparaba el desayuno al niño para poderle dar las medicinas.

Pasó el tiempo. Por fin Santiago se comunicó con ella. Le mandó un mensaje diciéndole:

‘Sofi, ese tipo era un enfermo. Te llamo apenas pueda, pero ve averiguando qué es Chemsex’.

Sofía se quedó atónita. Se acordaba que el archivo se llamaba CHX, pero no tenía idea de lo que quería decir eso. Se iba a poner a buscar, cuando llegó Martin. Tuvo que suspender lo que estaba haciendo. Le dijo que pensaba que iba a estar en la casa o en la universidad. Le dijo que si, pero que tenía unas cosas en el computador del papá que iba a recuperar. Le dijo que Antonio había adelantado el horario para tomar las fotos y que ya tenía que irse para la casa a encontrarse con él. Sofía le preguntó que si iba a estar Ana María. Martín le dijo que no, que solo iban a estar él, su mamá y Santiago.

Martín entró al estudio de Santiago, prendió el computador, revisó algunas cosas mientras que Sofía le daba las medicinas a Nicolás. En ese momento la llamó Santiago. Le dijo que iba en camino para la casa de Martin porque Antonio había cambiado el horario. Sofía le dijo que Martín estaba ahí, pero en ese momento ya estaba saliendo. Santiago le alcanzó a decir que lo esperara y que pasaba a recogerlo, pero él iba afanado y le mandó decir que no, que se encontraban en la casa. Cuando Martín cerró la puerta, Sofía le preguntó a Santiago qué era lo que había encontrado. Santiago le dijo que iba con un colega en el carro que iba a dejar en el camino, pero que fuera buscando lo que él le había dicho y que después hablaban con calma.

¿Qué es eso? ¿En qué estaba metido Hugo?