Sofía le contestó inmediatamente pidiéndole que le contara lo que había pasado. Santiago le dijo que si estaba disponible para hacer una video llamada con el médico así les explicaba a los dos. Ella dijo que sí.

El médico saludó a Sofía con una sonrisa discreta, pero sereno y empezó a hablar: ‘Por las características de las lesiones, todo indica que se trata de herpes genital. Es una infección de transmisión sexual bastante común, causada por un virus que permanece en el cuerpo de forma indefinida, alternando brotes con períodos de inactividad. No tiene cura definitiva, pero sí tratamiento: vamos a iniciar un ciclo de antivirales para reducir los síntomas, aliviar el dolor y acortar la duración del brote. Es muy importante también que se realicen un panel completo de pruebas para descartar otras ITS como VIH, sífilis, hepatitis B y C, y clamidia, ya que cuando se presenta una, puede haber riesgo de coinfección. Pero, sobre todo, quiero ser muy claro en esto: es fundamental que la persona que contagió a Santiago sea informada. Estos temas deben asumirse con compromiso. No se trata de juzgar, sino de evitar que el virus siga propagándose y que otros pasen por lo mismo sin saberlo. La salud sexual no solo es individual; es una responsabilidad compartida. De todos modos, esto no es el fin. Ustedes pueden continuar una vida sexual activa, sin problemas. Este virus es potencialmente contagioso cuando hay brote; es molesto, duele, pero pasa, y los brotes van bajando la intensidad por el tratamiento así que no hay que desesperar. No son los primeros que pasan por una situación así. Ya le di a Santiago la orden para hacer los otros análisis; confiemos en que todo esté bien y que solo se trate de esto. Cambien esas caras y ánimo porque todo tiene solución’.

Santiago le agradeció al médico y con la expresión visiblemente afectada, le dijo a Sofía que iba a pedir las citas para los exámenes y se iba para la casa. Ella se despidió del médico y colgó la video llamada. Se sentó en la cama y permaneció en silencio, sin ganas de nada por un rato. No supo cuánto tiempo pasó; hizo las cosas que tenía que hacer por ósmosis y cuando sintió que Santiago regresó corrió a abrazarlo. No sabía muy bien por qué lo hacía, pero sentía que, aunque las circunstancias eran adversas, que había sido por una infidelidad, reconocía que él debía estar sintiéndose mal. Recibir un diagnóstico de cualquier enfermedad, sobre todo de ese tipo, nunca será una buena noticia. Santiago rompió en llanto y le pidió perdón a Sofía. Los dos se unieron en ese abrazo llenos de miedo, incertidumbre, tristeza y un poco de soledad. Lloraban juntos y se pedían perdón repetidamente como si ese gesto hiciera desaparecer la lamentable situación por la que estaban atravesando.

Se calmaron y se sentaron a hablar. Hicieron un recorrido por la historia que los había unido desde que se conocieron. El le dijo a ella que, desde que la había visto por primera vez, supo que era la mujer con la que quería construir una familia de verdad. Después de haber pasado por un divorcio y haber experimentado el dolor de separarse de su hijo, no quería repetir jamás ese sentimiento y no se veía lejos de ella ni del niño. Sofía le dijo que ella sentía que el error más grande había sido tomar decisiones apresuradas llevada por las emociones sin ningún tipo de guía profesional. Con respecto al tema de confrontar a Ana María, Santiago no podía ocultar la ira que le producía.

‘Es que si por mi fuera, no quisiera ver a esa mujer ni en pintura. Siento que la detesto. No sé si ella no sabe que tiene ese virus, no sé si también fue una víctima, pero es que no soporto la idea de verle la cara’.

‘Pues creo que por más incómodo que pueda ser, hay que hablar con esa señora – le dijo Sofía con un tono sereno -. Es más, no tenemos que tomar una decisión ya, pero yo estaría dispuesta a estar presente, y no te imagines que la tenemos que ver. No la quiero tener cerquita, pero podemos hacerle una video llamada. Yo si le quiero ver la cara. Necesito ver su expresión cuando tu le digas que te contagió ese virus, y sobre todo, cuando sepa lo que su marido hacía en los ratos libres’.

Decidieron que lo iban a pensar y que al día siguiente verían cuál sería la mejor forma de afrontar la situación. Sofía le contó a Santiago que Andrea la había llamado porque Antonio se había ido a una fiesta y no la había invitado’.

‘Mira, yo estoy tan paranoica – le dijo Sofía a Santiago -, que hasta me imaginé que, como sospecha Andrea, Ana María también tiene su rollo con Antonio y ahora sí la feria del herpes, ¡pues! ¡Qué tal que Andrea también esté contagiada!’.

‘Sofía, a mi me da mucha pena contigo, pero en este momento, me importa un comino la vida de Antonio y espero que podamos cerrar este capítulo cuanto antes. Así como yo cancelé a Ana María, espero que tú hagas lo mismo con ese tipo. Ya le entregó las fotos a Martín, que, por cierto, quedó muy contento, y hasta acá llega ese tema con él. Si él sigue saliendo con tu amiga, es problema de ellos, si se acuesta con Ana María, no sé, ni me importa. Es que de verdad no entiendo a veces la lógica de las personas. Tu amiga Andrea ha tenido solo dudas de ese tipo desde el primer día. ¿Qué hace ahí? ¿Por qué la gente tiene que estar navegando en ese mar de incertidumbre con una persona con la que supuestamente quiere construir algo? No soy nadie para dar consejos, y menos en este momento. Es cierto, todos cometemos errores, pero eso de empezar a frecuentar una persona y a la semana estar ya haciéndose preguntas, me parece absurdo. Según lo que tu me has contado, lo conoce desde siempre. Sabe cómo es; un tipo inestable, mujeriego, coqueto, solitario, medio ególatra. El típico fotógrafo famosito, interesante y perseguido. ¿Y ahora ella lo quiere convertir en el más serio, monógamo, fiel y ortodoxo? Pero ¿qué locura es esa? ¡Por Dios! Andrea ya es una mujer hecha y derecha, no debería estar pasando por algo así. A veces las mujeres no se dan cuenta de que cuando un hombre quiere algo serio desde el día uno se ve; lo demostramos y hacemos de todo para que sea así, pero no. Les encanta ponerse a adivinar y peor aún, a tratar de cambiarlo’.

Sofía escuchaba a Santiago y no podía estar más de acuerdo. Ella misma había tratado de decirle varias veces la misma cosa a su amiga y no había sido posible sacarla de ahí. Más de eso no podía hacer y no tenía por qué caer en las mismas especulaciones de Andrea. Si Antonio tenía una historia con Ana María, no era su problema y sintió que tenía que desvincularse de ese tema.

Al final, comieron algo ligero, y en medio de las infortunadas noticias, se recuperaron un poco destacando las otras cosas por las que podían estar agradecidos. Todavía faltaban los otros análisis, pero estaban confiados en que todo iba a salir bien. Habían aprendido una lección importante, y acordaron salvar su hogar a pesar de la turbulencia que les sacudió la existencia.

Al día siguiente, cuando se despertaron acordaron que llamarían a Ana María para comunicarle la noticia. Santiago le había pedido una incapacidad al médico y Sofía le había mandado un mensaje a Margarita diciéndole que el niño seguía en la casa, y que necesitaría un día más, así que pasarían el día juntos y aprovecharían para hacerse los exámenes que les había mandado el doctor. Sofía llamó a su mamá para que se quedara con el niño mientras ellos iban a la clínica a hacerse los tests y así fue. La mañana la dedicaron a hacer esas vueltas. Cuando estaban regresando a la casa se acercaba el medio día. Santiago llamó a Martín para decirle que viniera a almorzar donde ellos y así les mostraba las fotos. Martín aceptó.

Se encontraron todos en la casa, almorzaron, vieron las fotos y celebraron porque en realidad, Antonio había hecho un trabajo espectacular y Martín estaba muy orgulloso de su hábitat. Compartió con ellos algunos detalles del shooting; les contó con entusiasmo acerca de sus plantas, de los animales y de la meticulosidad con la que él dirigió a Antonio. Para Martín no todo era fotografiable, y en ninguna circunstancia debía tocar o siquiera acercarse a ciertos rincones o lugares, mucho menos a algunas de las especies que tiene allí. Les dijo que Juliana estaba muy emocionada. A Santiago ya no le gustaba tanto esa cercanía entre ellos dos, pero no podía hacer nada al respecto, e insinuarle cualquier cosa iba a hacer que su hijo sintiera el impulso totalmente contrario así que guardaba silencio. Para concluir el relato, les contó que Juliana y Manuela se quedaron un rato después de que Santiago se había ido; seguidamente Antonio recogió todo su equipo y se despidió, y Ana María pasó más tarde a recoger a Juliana y a Manuela. Saludó de lejos a Isabel y según le había contado Juliana, pasarían por la casa de Antonio para pagarle por el trabajo. Sofía y Santiago se miraron de reojo, pero no dijeron nada. Terminaron de pasar una tarde agradable y estar acompañados hizo que el ambiente se calmara para la pareja en medio de la crisis, hasta que el celular de Sofía sonó. Era Andrea.

‘Hola Sofi, perdona por molestarte, pero es que estamos un poco preocupados por Antonio. No aparece desde ayer. Quedó mal para unas fotos que tenía hoy. No se ha comunicado con nadie, no responde el teléfono, la hermana está super preocupada. Te llamo porque como le hizo las fotos a Martín, pensé que de pronto habían hablado o sabía algo. Es muy raro que esté perdido’.

¿Y ahora qué pasó con Antonio?