Sofía aterrada le contestó:

‘¿Cómo así Andre? No, nosotros no tenemos ni idea. Martín está acá y justamente nos acaba de contar que ayer recogió sus cosas y se fue para la casa a preparar todo para enviárselas rápidamente. Después Ana María fue por Juliana y por Manuela, y según parece, iba a pasar por la casa de Antonio a pagarle por el trabajo. Eso es lo único que sabemos. Tal vez podrías llamar a Ana María a ver si sabe algo’.

‘Eso yo lo supe. Antonio me llamó cuando iba en camino para la fiesta. Me dijo que Ana María había pasado, le había pagado, y se había ido inmediatamente porque él estaba ocupado. Me dijo que hablábamos hoy, pero no aparece Sofía. Te cuento que la hermana salió para la casa de él porque lo que más nos aterra es que haya quedado mal con el cliente de hoy. El no es así. Bueno, pensé que de pronto hoy Martín había hablado con él o no sé. Te aviso cuando sepa algo’.

Sofía colgó la llamada y compartió las noticias con todos. Santiago le dijo a Martín que revisara el teléfono por si tenía algún mensaje o alguna novedad. Así lo hizo y con mucha tranquilidad les dijo que no había recibido ningún mensaje.

‘Yo ayer después de haber recibido las fotos, le mandé un mensaje diciéndole que me habían gustado mucho las fotos y él me contestó con un ‘me alegro’ y ya’ – agregó Martín-.

Todos se miraron y quedaron en silencio por un rato. La mamá de Sofía le dijo que como el niño ya estaba mucho mejor se iba para la casa, se despidió y Sofía la acompañó a la puerta. Martín le dijo a Santiago que se iba para su estudio porque iba a hacer algunas cosas en el computador. Cuando regresó Sofía y Santiago retomaron la conversación del día anterior.

‘Bueno, nosotros no podemos desconcentrarnos. Lo mejor es que hablemos con Ana María de una buena vez’ – le dijo Sofía a Santiago con tono determinado.

‘Si, pero con Martín acá no me parece el caso. Esperemos a que se vaya porque no va a ser una conversación fácil’ – le contestó Santiago.

Sofía subió, entró un momento a su oficina, prendió su computador, revisó algunas cosas y sintió que Martín estaba hablando por teléfono y alcanzó a entender que decía ‘Juli’. Esperó a que colgara y cuando se iba a poner de pie para ir a buscarlo, entró él. Le dijo que había hablado con Juliana, que le había preguntado si de pronto Ana María sabía algo de Antonio y le dijo que no. Que ayer le había pagado y se habían ido rápido porque él estaba ocupado.

‘Bueno, pues no queda otra que esperar noticias de Andrea’ – respondió Sofía -.

‘Así son esos artistas: raritos. Me acuerdo de que Manuela salió una vez con un videoartista y el tipo era todo neurótico, se perdía, aparecía, la llamaba y después le decía que necesitaba tiempo para él…jajaja y Manuela toda tragada. Además, les gusta la fiesta, la droga, la rumba dura. Debe estar enrumbado el man’ – le dijo Martín -.

‘Puede ser, pero no es cierto que todos son iguales, y menos este hombre que ya está como crecidito. Oye, Martín, ¿a ti cómo te cae Ana María? ¿Qué impresión te da? Ya que estás tan bueno para clasificar a las personas’.

‘Me cae bien. Siempre ha sido muy amable conmigo y con Manuela; y con Juliana es muy chévere. Ella era la que ayudaba a hacer algunas cosas porque el papá era exageradamente estricto y no la dejaba salir, o era un bollo. La regañaba mucho, le exigía promedio en las notas; ese tipo si nos caía mal. Incluida ella. Pero Ana María es distinta. Juliana hace poco nos contó que para ella iba a ser muy difícil recordar a su papá de forma positiva porque no solo era injusto con ella, sino con su mamá y la vio llorar muchas veces’.

‘¿Tú crees que Ana María sabía que Hugo la engañaba?’.

‘Sofi, todas las mujeres saben cuando las engañan. Juliana nos dijo que Ana María nunca indagaba, ni lo perseguía, ni hacía nada por pillarlo. Ella dice que es porque si lo hubiera agarrado, le tocaba separarse y no era capaz. No sé, las mujeres son raras. No hubiera sido tan difícil divorciarse al final. Ahora está mucho mejor sin él’.

En ese momento le entró un mensaje a Martín y le dijo a Sofía que Manuela acababa de llegar por él, que hablaban después. Le dio un beso y salió corriendo. Se despidió de Nicolás, de Santiago y se fue.

Sofía le contó a Santiago lo que acababa de hablar con Martín y decidieron salir del tema de Ana María cuanto antes. Santiago la desbloqueó y le mandó un mensaje diciéndole que le urgía hablar con ella por videollamada, que si estaba disponible. A los pocos minutos le respondió que sí. La llamaron. Ana María quedó blanca cuando se dio cuenta que Sofía también estaba ahí, pero los saludó con la gentileza que la caracteriza y con mucha amabilidad les dijo que cómo les podía ayudar, que si se trataba de la desaparición de Antonio porque Juliana le había contado que parecía que no lo encontraban. Santiago le respondió:

‘No, Ana María. No se trata de Antonio. Se trata de algo muy delicado y voy a ser directo para no dar muchos rodeos porque ya esta conversación va a ser incómoda para todos. Primero que todo, Sofía está acá porque le conté lo que pasó entre los dos y segundo, me imagino que recuerdas la USB que encontraron en la oficina de Sofía el día que Hugo murió; la que tú le diste a Juliana. Bueno, un día que Martín y Juliana estaban acá, Sofía la encontró y pudo acceder al archivo que tu no pudiste ver. En esa carpeta había fotos y videos de unas prácticas muy particulares en las que Hugo participaba activamente. No sé si sabes qué es el Chemsex.’

‘¿Cómo? No tengo ni idea qué es eso; pero ¿qué tipo de prácticas son? Me estoy asustando’. Dijo Ana María con un gesto que transmitía angustia. Santiago le explicó de qué se trataba y ella a medida que escuchaba cada palabra se le iba transformando la cara. Las expresiones de serenidad y benevolencia que la caracterizaban fueron mutando en un semblante de asombro mezclado con espanto y algo de negación. Se cogía la cabeza, se tocaba repetidamente su rostro sin pensar en su maquillaje intacto o en su imagen. Estaba conmocionada de forma genuina. De pronto interrumpió a Santiago y le dijo:

‘Perdona que te interrumpa, pero yo tengo que ver eso. Es que no puedo creer que Hugo fuera capaz de llevar una doble vida. Yo siempre sospeché de él. Creo que intuía que era infiel, pero no con hombres, y mucho menos que acostumbrara a hacer cosas de ese estilo. Espero que ustedes puedan entender que estoy en shock’ – les dijo Ana María sollozando -.

Santiago continuó: ‘Entendemos, sí, Ana María; lamentablemente esa no es la peor parte’.

Ana María abrió esos ojos verdes grandes que tenía, se llevó de nuevo las manos a la boca esperando la bomba atómica que iba a caer. Santiago le contó lo de la enfermedad y esa mujer entró en pánico total. Se paró de la silla, caminaba, lloraba, no sabía qué decir, qué hacer. Sofía le pidió que se calmara porque si continuaba en ese estado se podría empeorar la situación.

‘¡Dios mío! ¡Pero qué es esto! Eso quiere decir que yo tengo esa enfermedad también. ¡No! Esto es horrible. Les suplico, les ruego que me perdonen los dos. Sofía, no tengo palabras para decirte lo arrepentida que estoy de haberme involucrado con Santiago. Creo que los dos estábamos pasando por momentos de mucha vulnerabilidad y mira el lío tan horrible en el que los metí. De verdad no tengo palabras para expresarles lo mal que estoy. Ya saber que ese fue el regalo que me dejó el desgraciado de Hugo, es suficiente para sentirme como una cucaracha, pero ¿además haberlos afectado a ustedes? No, es que no hay explicaciones, ni razones, ni nada. Solo espero que algún día me puedan perdonar. Es lo único que les puedo decir desde el fondo de mi corazón. Toda la vida pensé que podía tener todo bajo control, siempre tan compuesta, tan adecuada, tan, tan. ¿Y para qué? Para caer en un hueco en el que además arrastré a gente que no tiene nada qué ver. No puedo explicarles lo afligida y avergonzada que estoy’.

Sofía y Santiago estaban asombrados con la reacción de Ana María, sobre todo Sofía. Esperaba otro tipo de respuesta y verla así, le produjo algo de tristeza y hasta empatía. Se veía destruida. Ninguno de los dos sabía qué decir hasta que fue la misma Ana María la que cerró la videollamada. Les dijo que necesitaba un momento para componerse, que, si de alguna forma podían hacerle llegar esa USB, se los agradecía y terminó la comunicación. Cuando estaban tratando de asimilar lo que acababa de pasar, le entró un mensaje vocal a Sofía. Era de Andrea.

‘Sofi, apareció Antonio. Voy camino a la Clínica del Norte’.

¿En la clínica? ¿Pero qué fue lo que le pasó a Antonio?