Sofía llamó inmediatamente a Andrea. En ese momento estaba entrando a la clínica y le dijo que la hermana solo había alcanzado a decirle que cuando llegó a la casa de Antonio, lo encontró inconsciente en el piso y lo trasladaron inmediatamente a la clínica, que apenas tuviera más detalles, se comunicaría con ella. Sofía quedó en shock. Le contó a Santiago y no podían creer lo que estaba pasando. Santiago recordó lo que había pasado la noche de la comida donde Ana María.
‘El desmayo, ¿te acuerdas? Será que ya tenía algún problema, no lo había identificado y fue una primera señal – le dijo Santiago a Sofía -.
‘Puede ser. Recuerdo que Andrea le dijo que debía hacerse algunos chequeos, pero seguro no fue al médico. ¿Te acuerdas que así le pasó a mi tío? Tuvo unos síntomas leves, de pronto se sentía cansado, pero nada del otro mundo, duró así varios días y cuando decidió ir al médico, le hicieron todos los exámenes y le había dado un infarto silencioso. ¡Dios mío! De pronto, sí era un antecedente y después del trasnocho, la fiesta empeoró su condición – respondió Sofía -.
‘Es una posibilidad, pero pueden ser muchas otras cosas más. De todos modos, qué situación más bizarra. Acabando de morir Hugo, esto parece una historia de terror. Ojalá que tu amiga te cuente rápido qué le pasó’.
Sofía y Santiago se quedaron un rato en silencio como si eso ayudara a desenmarañar lo que había sucedido. En un segundo, se les olvidó la conversación con Ana María, la enfermedad de Santiago, las fotos de Martín; esa noticia los había dejado estupefactos. En ese momento Santiago recibió un mensaje en su celular, se trataba de los resultados de los exámenes de los dos. Le dijo a Sofía y mientras subían las escaleras, continuaban haciéndose mil preguntas de lo que había podido pasar con Antonio. Era de esas noticias que no se entiende muy bien por qué, pero dejan un halo de incertidumbre combinado con aprensión que no se termina de digerir.
La hermana de Antonio lo había encontrado tendido en el suelo de la sala, inconsciente, con un leve pulso y respiración superficial. Llamó inmediatamente una ambulancia y los paramédicos identificaron signos vitales mínimos y signos compatibles con un infarto agudo de miocardio. Durante el trayecto al hospital, se evidenció también una saturación de oxígeno baja: Antonio presentaba insuficiencia respiratoria secundaria a lo que aparentemente había sido un infarto. Su cuerpo no estaba recibiendo el oxígeno necesario, lo que agravaba aún más el daño cardíaco y ponía en riesgo otros órganos.
A este punto, Santiago y Sofía seguían sin saber nada. Se sentaron en el computador, abrieron el mensaje de la Clínica, revisaron los resultados y afortunadamente las noticias eran buenas. No tenían ningún otro tipo de infección, virus o enfermedad. Le mandaron el correo al médico, quien a los pocos minutos le confirmó a Santiago que podían estar tranquilos, y que siguiera haciéndose el tratamiento para el herpes, que, en medio del panorama, era mínimo frente a lo que hubiera podido pasar. Los dos se abrazaron. Santiago volvió a pedirle perdón a Sofía y ella a él. Los dos hablaron de lo que podían hacer para superar esa crisis, y en contra de las inclinaciones y creencias de Sofía, acordaron que buscarían una terapia de pareja guiada por un o una profesional que los ayudara a develar la raíz de lo que los había llevado a esa situación.
El momento fue interrumpido por una llamada de Andrea. Sofía contestó sin dudar.
‘¡Hola Andre, cuéntame qué pasó por favor! ¿Cómo está Antonio?’
‘Sofi, esto de verdad es una pesadilla. La hermana de Antonio se fue muy preocupada para la casa y lo encontró inconsciente en el piso. Imagínate que cuando ella llegó, alcanzó a encontrarse con el vecino con el que se conocen desde hace tiempo. María José le preguntó que, si lo había visto hoy y él le dijo que si, que justamente se encontraron cuando Antonio estaba sacando la basura y que estaba bien, como siempre. Pues entró y se encontró con ese cuadro. El vecino sintió los gritos de María José y la acompañó hasta que llegó la ambulancia, y acá estamos esperando’.
‘¡No! ¡Pero qué cosa tan absurda! Justamente con Santiago nos estábamos acordando del desmayo que tuvo en la casa de Ana María. A lo mejor ya venía con algo ahí y no le paró bolas’. ¿Y qué dicen los médicos?’.
‘Exacto. Yo le conté a María José, y ella se lo dijo a los médicos. Pues ahora salió una enfermera a decirnos que lo intubaron y lo conectaron a un respirador porque parece que tenía la saturación bajita. El electrocardiograma que le hicieron confirmó que fue un infarto, ahora están tratando de estabilizarlo y acá estamos esperando. No te puedes imaginar la angustia tan horrible. Ya llegaron los papás y no hacen sino llorar. Esto como que no tiene explicación. Él estaba aparentemente bien’.
‘Andre, Santiago y yo estamos sin palabras y sin aliento. Siento mucho que estés pasando por esto. Ahora no viene al caso, hemos vivido unas cosas que después te contaré, pero la noticia de Antonio nos dejó perplejos y muy aburridos. Por favor si necesitas algo me avisas, lo que sea. ¿Quieres que vaya a acompañarte?’
‘Gracias Sofi. Por ahora no creo que sea muy conveniente. La familia está conmocionada, es un momento como muy íntimo. Pero yo te aviso cualquier cosa’.
Sofía colgó la llamada. Le contó a Santiago y no podían creer lo que estaba pasando y decidió llamar a Martín a contarle.
‘Hola hijo, te cuento que a Antonio le dio un infarto. Lo encontraron inconsciente en la casa y ahora está en la Clínica’.
‘Ufff! Qué mal, papá. Menos mal que me alcanzó a entregar las fotos…jajaja. Pero ¿cómo está? ¿se salva?’.
‘No se sabe y no es chistoso Martín. Lo tienen intubado. Está delicado; esperemos a que salga bien de esto. ¿Tú estás con Juliana?’
‘Si, también estoy con Manuela. Acá te están escuchando. Juliana ya está llamando a Ana María para contarle. ¡Qué paila! ¡Pobre cucho!’.
‘Bueno, ahí te voy contando. Hablamos luego’.
Sofía estaba desconcertada. Parecía que una maldición o algo sobrenatural estuviera rodeando su vida. No podía evitar pensar que los dos hombres con los que había tenido un acercamiento, para ella inocente, hubieran pasado por algo tan parecido. Uno ya estaba muerto, y el otro se estaba jugando la vida en una clínica. Dentro de ella rogaba y pedía que no le pasara nada a Antonio. De hecho, hubiera querido que Andrea le dijera que si quería que la acompañara porque deseaba estar en esa clínica como si estando allí pudiera evitar que algo malo le pasara. Hugo resultó con un pasado oscuro, con una doble vida, y aunque nunca tuvo ningún tipo de intimidad con él, de forma indirecta le dejó un horrible recuerdo. Algo con lo que iba a tener que lidiar el resto de la vida porque ese virus no iba a desaparecer. Antonio, por su parte, era un hombre particular, egoísta, mujeriego, coqueto, un poco arrogante, pero con ella siempre había sido muy dulce. En su mente aparecían sus mensajes, las canciones, sus miradas, y esa última vez que lo tuvo en frente. No podía escapar a la fuerte atracción que había sentido por él. Era un hombre muy interesante, atractivo, seductor. No era justo que estuviera pasando por algo así. Lo que más la perseguía era la idea de que esos dos hombres les pasara la misma cosa. ¡Qué clase de brujería era esa! ¡Qué era lo que estaba pasando en la vida de Sofía!
La noche fue avanzando. Sofía, Santiago y Nicolás comieron algo suave. Compartieron un poco los tres, trataron de hablar de otros temas para distraer la preocupación. Sofía se fue a acostar al niño. Luego se preparó ella para irse a dormir. Santiago la estaba esperando en la cama con una cara de abatimiento que no podía disimular. Sofía en silencio se metió en la cama. Decidieron ver alguna serie para pensar en otra cosa. Escogieron una película divertida y alcanzaron a alejarse un rato de ese ambiente extraño que de un momento a otro había enrarecido sus vidas. La película estaba por terminar cuando recibió una llamada de Andrea.
¿Será que son buenas noticias?