Valeria y Alvaro pasaron una noche bellísima y no volvieron a salir de esa habitación hasta el otro día. Se despertaron con una luz particular y un brillo en los ojos que delataba que ese encuentro no había sido como cualquier otro y que algo nacía entre ellos dos. Se levantaron sonriendo, haciendo chistes, especulando lo que habría sucedido la noche anterior con todo el grupo. Alvaro le dijo que había escuchado risas en la madrugada, pero nada que le hubiera quitado el sueño. Se bañaron juntos, se besaron en la ducha, las caricias iban y venían, hicieron el amor de nuevo y Valeria se sentía en las nubes. Se arreglaron un poco y salieron al comedor a desayunar. Vaya sorpresa se llevaron. Ya todos estaban sentados en la terraza al lado de la piscina comiendo lo que les había preparado Lucía, quien les dijo que se sentaran con el grupo y que ella ya les llevaba el desayuno. Alvaro y Valeria quedaron sorprendidos. No esperaban que después de tanta fiesta estuvieran tan activos. Saludaron muy sonrientes y se sentaron en la mesa.

Carla miró de reojo a Valeria y Juan José con un tono divertido les dijo: ‘¡Uyuyuyyy! ¡Se despertó la parejita! ¡Pero mírenlos cómo llegaron de rozagantes y felices! Jajaja ¿Cómo durmieron? ¿Bien? ¡Bueno, si es que durmieron!’. Todos soltaron una gran carcajada y de forma disparatada empezaron a soltar toda clase de comentarios: ‘No, es que así es cuando uno está de luna de miel’, ‘Cómo se les nota que apenas están empezando’, ¿Pero van a almorzar con nosotros o se van a encerrar en el cuarto? Valeria sonreía sonrojada y no decía nada; Alvaro los miraba a todos como si los estuviera analizando, se reía y guardaba silencio. Lucía llegó en ese momento con unos huevos criollos, arepas, queso, café y el resto de las cosas ya estaban en la mesa. Alvaro inmediatamente empezó a devorar y Alberto con una risita burlona le dijo: ‘¡Claro, está muerto del hambre! ¡Pero se entiende, se entiende! Jajaja’. De pronto Pablo con el café en la mano les dijo a todos: ‘Pero ya, mk, déjenlos en paz que no van a volver a hacer planes con nosotros. ¡Lo que tienen es envidia!’.

A ese punto Valeria de la nada dijo: ‘Y yo lo que tengo es hambre!’. Todos se rieron y celebraron la salida divertida de la nueva novia. Al fin cambiaron de tema. De ahí pasaron a la situación del país, algunos comentaban que había mucha gente que se estaba yendo a buscar cosas en otros lados. Había opiniones encontradas que decían que esa era una opción que estaba fuera de discusión. Pablo decía: ‘La gente no tiene ni idea del significado de emigrar y de ser un extranjero en otro país. Eso es algo que para mi no tiene sentido; a no ser de que fuera quién sabe en qué condiciones o si la empresa donde uno trabaja lo traslada y le da todos los beneficios y garantías, pero ¿irse a aventurar? No, mk, ¡ni a bala!’. Carla miró a Valeria y le dijo: ‘Valeria, ¿tú lo harías? ¿Te irías a otro país?’ Valeria terminó de masticar el bocado que tenía en la boca y dijo: ‘Pues no sé; mi mejor amiga se fue a vivir a Italia y por todo lo que he hablado con ella, no es nada fácil. No me iría a aventurar, creo que sería imperativo tener algo seguro, no sé, tendría que analizar muy bien las condiciones y circunstancias’. Carla continuó: ‘Bueno, TMU tiene sedes en muchas partes del mundo, de pronto se te dan las cosas para un traslado, uno nunca sabe. Tú que estás empezando, joven, sin hijos, todavía puedes explorar ese tipo de oportunidades’. Marcela con todo el desparpajo dijo: ‘Uy! ¡Yo sí me iría si estuviera en tu situación! Pfff! Este país va de mal en peor, y uno sin hijos y sin un marido que joda, mija, me iría, pero en uno, dos, ¡tres! Jajaja’. Todos se rieron, le hicieron el chiste a Alberto que se pusiera las pilas porque Marcela en cualquier momento alzaba el vuelo y él con una risa entre dientes dijo: ‘Pero desde hace rato que quiere salir volada, ¡y nada que se anima! Jajaja’. Alvaro intervino: ‘En realidad, no conozco ningún país que esté volando en todos los aspectos. Las problemáticas sociales, económicas, políticas y ambientales están en todas partes. Claro, en algunos más que en otros. Para mi ese tipo de decisiones dependen más de lo que uno quiera aprender, la experiencia que quiera tener. Viajar siempre va a ser edificante y vivir en otro país abre la mente en un modo extraordinario; pero claro, el tema es que a donde uno llega automáticamente hace parte de la minoría y es y será un extranjero siempre y eso es duro en cualquier contexto. Hay que empezar de cero, tener una capacidad increíble para adaptarse, respetar y entender esa nueva cultura en la que se está insertando, tener la inteligencia de no estar comparando porque, aunque existan similitudes, nada podrá igualar la tierra donde uno nació por muchos motivos: porque ahí es donde está su historia, sus amigos, su proceso, la familia, lo bueno y lo malo, pero que al final es lo que a uno lo formó y en donde uno se reconoce. En fin, yo personalmente no me cierro a esa posibilidad, no la estoy buscando, pero no es algo que podría decir que jamás haría’.

Juan José miró a Valeria y le dijo: ‘Bueno, estás avisada. Si a Alvaro le dan ese traslado, te va a tocar pedirlo a ti también en TMU…jajaja’. Valeria miró a Alvaro sorprendida y él le dijo: ‘Es que hay una posibilidad de que me manden para otra parte, pero eso todavía no es seguro, no sé ni para qué lo menciona Juan José si es una cosa que apenas está en una fase de análisis’. Valeria se quedó callada, bajó la mirada y se tomó el último sorbo de café que había en su taza. El grupo terminó la charla y el desayuno. Se levantaron todos de la mesa y cada uno fue tomando un rumbo diferente. Valeria le dijo a Alvaro que quería ir a los jardines de atrás, que iba a caminar un rato. Alvaro le dijo que la alcanzaba en un momento porque Juan José quería decirle una cosa. Valeria se imaginó que Carla le había contado lo de la conversación y como buen hermano le iba a advertir a Alvaro que tuviera cuidado con esa malvada mujer. Le dijo que estaba bien, que ella iba a ver qué había por ahí.

Se fue a caminar entre los árboles y decidió llamar a su amiga Pilar mientras daba una vuelta. Estaba absolutamente sorprendida de ver la dimensión de ese jardín de atrás; había toda clase de matas, flores, palos de naranja, limones, mangos, y parecía que no había fin. Se respiraba una atmósfera tranquila, ese olor característico de la tierra caliente y el sonido de los grillos y de las ranas que abundan en esas regiones, le trajeron cierta paz a Valeria. Pilar le contestó y ella le contó todas las novedades. Quedó en shock con toda esa información y le dijo con el tono honesto que siempre la ha caracterizado: ‘¿Sabe qué Valeria? Me gusta Alvaro; me parece un tipo bueno, inteligente, centrado. Ojalá que sea cierto eso que usted le dijo a él acerca de Mateo. A mi me da pánico que cuando vuelva a Bogotá y él la busque de nuevo, usted se deje confundir. Mateo es muy manipulador y le voy a decir algo: Hasta ahora uno podría pensar que el tipo no ha hecho nada malo porque aparentemente ha sido sincero con usted y siendo abogada del diablo, digamos que se dio cuenta de los sentimientos que tiene por usted y quiere darse una oportunidad, ok, le podemos dar ese beneficio de la duda. El tema con Mateo es lo que ya conocemos de él, su carácter, sus celos y ahora para completar su exesposa. En teoría debería desaparecer del mapa porque no tuvieron hijos, pero a mi me parece que siempre quedan ahí cositas pendientes cuando se trata de un matrimonio y efectivamente andan en contacto. La estuve stalkeando y es una mujer muy bonita y se ve toda perfectica; uno que va a saber que más adelante a él o a ella les de por reconquistarse y volverlo a intentar. Es que eso es jodido y él estuvo enamorado de ella porque si no, no se hubiera casado’. ‘Pilar, pero es que en serio lo que yo le dije a Alvaro, – interpeló Valeria -, no quiero darme ninguna oportunidad con Mateo, creo que fue suficiente y la verdad es que me estoy sintiendo muy bien con Alvarini, me trata como una reina, es super dulce, y sobre todo me da una paz increíble; eso es lo que más me gusta’. ‘Bueno, tampoco se ponga a exagerar tanto – le dijo su amiga Pilar -, no hay nadie perfecto y él también tendrá sus defectos. Es que hay que ser aterrizadas porque ahora usted va a poner a Alvaro en un pedestal y su pendejada también tendrá. Todos, sin excepción la tienen, lo que pasa es que todavía no se la hemos conocido, pero en línea general, sí es un tipo chévere, me gusta. Bueno, y si lo van a trasladar para alguna parte, pues es una cosa que puede evaluar, como le dijo esa vieja, usted está joven y las oportunidades se presentan por algo. ¿Ni idea si será para Europa? ¡Ay, Valeria! ¡Qué tal que fuera para acá! ¡Qué dicha! ¿Se imagina?’.

Valeria soltó una carcajada y le dijo a su amiga que tomara las cosas con calma y agregó: ‘Todavía no sé ni qué voy a hacer hoy, ni la próxima semana con todos esos bollos que tengo y usted prácticamente ya me casó y ya me mandó para Europa con el pobre Alvaro’. Pilar le contestó: ‘Menos mal que usted es de las que no se sueña con el compromiso y el matrimonio. Cada vez que veo a esas mujeres publicando sus fotos porque les chantaron el anillo lo primero que pienso es que uno se enloquece de felicidad con ese diamante o lo que sea para saber que después casi nunca se lo pone porque se la pasa haciendo oficio jajajaja’. Las dos amigas estallaron en una carcajada. Valeria le dijo a Pilar que en realidad lo único que quería era resolver las cosas en su trabajo, salir bien de eso y después vería qué pasaría con el proceso en TMU, pero que su prioridad era darle un cierre a ese episodio de la presentación de la mejor manera posible. Pilar estuvo de acuerdo; siguieron chismoseando el par de amigas. Valeria activó la video cámara para mostrarle los jardines tan lindos de la finca. De pronto Pilar le dice: ‘Espere, espere, ¿quién está allá en el fondo?’ Valeria se gira y en la distancia identifica a Alex, el hijo de Lucía y en ese instante exaltada le dice a Pilar: ‘Ay no Pilar, ¡mk! ¡No puedo creer lo que estoy viendo! ¡Pero qué es esto Dios mío!’