Valeria soltó el taco, se limpió la mano con la servilleta, apoyó el plato y con una voz firme le respondió: ‘Hola, mucho gusto, yo soy Valeria’. En ese momento se acercó Camila, y como buena anfitriona, hizo acomodar a Alvaro en una silla verde muy sofisticada que se encontraba al lado de donde estaba sentada Valeria. Camila con un tono simpático le dijo: ‘Siéntete como en tu casa, ya te traigo tu copa’. Los dos sonríen y Alvaro le agradece la gentileza. Mientras Camila se aleja, Alvaro se frotó las piernas, mira para un lado, para el otro y se encuentra con la imagen de Valeria que le está pegando un mordisco al taco. Con un tono tímido le dijo: ‘¿Están buenos? Jajaja’. Valeria se voltea, lo mira y aunque encuentra un poco estúpido el comentario y peor aún, la risa, trata de ser simpática y le dice entre dientes: ¡Uff! ¡Si, están buenísimos! Ahí cae en cuenta que Alvaro es el hermano de Juan José, y que ‘debe’ ser querida porque está en juego su futuro profesional, así que inicia un tipo de conversación con este hombre a quien detalla mientras sostienen una ‘particular’ charla acerca de la comida mexicana, el picante, el mezcal y el guacamole. Valeria pensaba: ¡Mmmm, pues qué puedo decir! No está tan mal, pero es como nerd. Debe ser medio aburrido este man, pero ¿Alvaro? ¿En serio? ¿Alvaro? Parece nombre de abuelito. ‘Don Alvaro, siga por favor’, así le dicen a los cuchitos cuando van al doctor’. ¡Ay no! La mamá le debe decir ‘Alvarito’, ¡qué horrible! ¿Por qué no se podía llamar Andrés, Juan, Mauricio, Sebastián? No, se tenía que llamar como un viejito. Su monólogo mental fue interrumpido cuando Alvaro le preguntó que a qué se dedicaba. Juan José alcanza a escuchar la pregunta y se volteó y le dijo: ‘¿Sabe dónde trabaja? En la empresa donde usted quería entrar’.
Alvaro sorprendido dice: ‘¿En serio? ¿Trabajas en Costa? ¡Qué chévere! ¿Y qué haces ahí? Valeria no podía creer el entusiasmo de su nuevo compañero de charla. Le contó a qué se dedicaba con algo de apatía y le dijo que estaba aburrida por el cargo que tenía. En resumidas cuentas, le contó los motivos de su frustración. Juan José escuchaba con atención y miró a su hermano y le dijo: ‘¿Si ve? Es que todas las empresas tienen su maricada’. Alvaro asintió con la cabeza y Valeria muy intrigada le preguntó que él qué hacía. Resultó que Alvaro trabajaba en una de las empresas más importantes de tecnología del mundo. Valeria sorprendida le dijo que si era que estaba aburrido. Alvaro le respondió que no, que estaba muy contento, solo que siempre había intentado entrar a Costa y no había pasado todos los filtros. Le dijo también que podía darle la hoja de vida a su hermano y Juan José intervino inmediatamente y le respondió: ‘Obvio, ya le dije que me la mandara y vamos a coordinar una cita para vernos en mi oficina. Alvaro hizo un gesto de aprobación, los miró a los dos y dirigiéndose a ella le dijo: ‘Vas a ver que te consigue algo que te guste y se ajuste a tus expectativas’. Valeria sonrió. Alvaro se levantó y dijo: ‘Bueno, como que voy a ir a comer algo, ¿tú vas a comer algo más? Valeria miró su plato vacío, lo cogió y le dijo que sí.
Llegaron a la mesa y cada uno se enfiló por lo que más le atraía. En ese momento se acercó Roberto y saludó a Alvaro con mucha confianza. Empezaron a hablar del más y del menos mientras Valeria seguía preparándose otro taco. Cristina, la esposa de Roberto se acomodó al lado de ella para prepararse algo similar y con una sonrisa le dijo: ‘Veo que ya conociste a Alvarín’. Valeria en su mente pensó: ‘Lo que faltaba: Alvarín’ y le respondió con un si y una sonrisa. Cristina continuó: ‘Mira, es que Pablo, Juan José, Alvaro y Roberto estudiaron en el mismo colegio, por eso se conocen bien y yo soy la esposa de Roberto. Te lo digo porque es que yo sé cómo son esas cosas cuando uno llega a un grupo, todo el mundo dice nombres y cuando uno termina la ronda, ya no se acuerda de nada’. Valeria la miró a los ojos y con una risa más contundente le dijo: ‘Absolutamente si! Gracias por contarme porque efectivamente no me acuerdo de los nombres de ninguno, a excepción de Pablo y Camila, a quienes conozco hace mucho rato.
Cristina prosiguió: ‘Bueno, nosotros ya sabemos que tú eres la mejor amiga de Pilar, la prima de Pablo que vive en Italia. Esa es nuestra referencia, pero si quieres te hago un recuento para que vayas entendiendo este parche’. Valeria sonrió, no alcanzó a responder nada y Cristina arrancó como un radio roto: ‘Ok, entonces, Roberto y yo llevamos siete años de casados y no tenemos hijos. Obviamente llegamos acá por la amistad entre Roberto, Juanjo y Pablo. Digamos que ellos son los más amigos, Alvaro es un poco menor, pero obvio se conocen desde siempre. Y esa parejita que ves allá en la esquina, esos son Alberto y Marcela. Ellos llevan como 10 años de casados o algo así y tienen dos hijos. Pablo y Camila los conocieron porque su hijo estudia en el mismo colegio de los hijos de Alberto y Marcela. Yo sé que parece enredado, pero no lo es. La conclusión es que tres parejas tienen chinos y nosotros no. A veces es medio raro cuando hacemos paseos, pero pues ya nos acostumbramos. El tema es que Robert, Pablo y Juanjo son inseparables. ¿Más o menos o mucha información?’.
Valeria tenía en su mente lo más parecido a un problema de física, pero sonriendo le dijo: ‘Mucha información, pero gracias por el contexto, al menos no soy la única sin hijos…jajaja, bueno, aunque sí soy la única soltera’. Cristina le dijo: ‘No, Alvaro también está soltero y tampoco tiene hijos. Digamos que Alvaro no sale mucho con nosotros, es más, diría que casi nunca, pero me imagino que, si te invitaron, pues chévere que se conozcan, ¿no? Uno no sabe lo que pueda pasar’. Valeria sonrió, le dijo que en realidad ella estaba super concentrada en su vida profesional, que no le interesaba mucho por ahora el amor porque sentía que le quitaba energía, que tenía unos objetivos muy claros que debía cumplir y que el tiempo volaba. Cristina la escuchó muy atenta y sin saber que ya lo tenía claro, le dijo que Juan José la podría ayudar. Valeria le contestó que sí, que ella le mandaría su hoja de vida. Cristina le dijo: ‘Estoy segura de que Juanjo te consigue lo que estás buscando, él es un amor’. Las dos mujeres terminaron de preparar sus tacos y regresaron de nuevo a sus puestos en la sala de la casa. De un momento a otro, estaba todo el grupo reunido, todos comiendo, tomando tequila y las mini conversaciones cambiaron de rumbo dando lugar a una sola. Juan José preguntó si estaban todos confirmados para el día siguiente, todos dijeron que si y de pronto Carla propuso incluir a Valeria y a Alvaro en el plan. Valeria otra vez con la boca llena, los miró a todos, miró a Pablo y a Camila, Alvaro se quedó mudo y Juan José no dejó ni tomar impulso y dijo: ‘Absolutamente sí! Es que mañana vamos para nuestra casa en Subachoque a hacer un asado, vengan con nosotros y Valeria, de una vez me puedes traer tu hoja de vida, la revisamos y de golpe te puedo hacer unas recomendaciones antes de que vayas a mi oficina, ¿Qué dices? ¿Alvarín, firme o qué? ¡Usted pase a recoger a Valeria, sea caballero! Los dos se miraron, Valeria no sabía qué decir y Alvaro de pronto dijo: ‘Pues sí, chévere. Miró a Valeria y le dijo: ‘Con mucho gusto te puedo recoger’. Valeria seguía masticando ese taco, no sabía cómo deshacerse de la propuesta, pero en el fondo tampoco quería rechazarla porque era una buena oportunidad para revisar la hoja de vida con Juan José. Sacó fuerzas de su generoso hígado que estaba resistiendo esos tequilas y dijo: ‘¡Si, super! ¡Mil gracias por la invitación!
El grupo entero al unísono entonó un: ‘¡Esooooooo!’ Y cerraron con un brindis. Parecía que el plan de todos, que era unir a la parejita, estaba funcionando. Lo que no sabían era que Valeria estaba pensando en cosas totalmente diferentes. De todos modos, la noche fluyó en armonía y cuando se fue subiendo un poco el tono, Valeria le dijo a Alvaro que iba a pedir un uber porque estaba super cansada. Alvaro le dijo que él también se iba, y se ofreció a llevarla. La ‘nueva parejita’ se despidió del parche y salieron juntos de ese edificio. Alvaro la dejó en su casa y le dijo que la recogería al otro día a las 11 a.m. Valeria le agradeció y estuvo de acuerdo con la hora de la cita, se despidieron con un beso en la mejilla y chao.
Valeria entró a su casa. Se quitó los zapatos, el abrigo, botó la cartera y cogió su celular para mandarle un mensaje a su amiga Pilar inmediatamente. ‘Oiga Pilar, en serio yo no sé cómo sigo siendo amiga suya con todas las que me ha hecho, y claro, como ahora está lejos, peor porque no tengo ni cómo indignarme con usted. Primero qué todo, ¿qué es esa gente, mk? Todos casados con hijos; son más grandes que yo, o sea, ¿qué es ese parche? ¡Y hablemos del hermano del amigo de su primo! Mk, se llama Alvaro! Pilar, se llama Alvaro como un abuelito. Es un nerd, un tipo ahí medio raro, no está del todo mal, pero qué mamera, ¡mk! Bueno, voy a ser justa. Hubo una sola cosa buena. El hermano de ‘Alvarín Pinguin’ trabaja en la mega head hunter y se ofreció a ayudarme; obviamente no puedo desaprovechar esa oportunidad, pero fue lo único bueno. A ver, son gente querida, y pues sí, las viejas me raquetearon, mija, hasta decir no más, sin embargo, toda gente muy bien y gentil, pero ¿yo qué putas hago en un parche de gente casada con hijos? ¡Dígame, Pilar! Lo peor es que mañana me voy a ver ooooootra vez con ellos. El tal Juan José, el head hunter, tiene una casa en Subachoque y me invitó a un asado mañana con Alvarito, que a propósito me va a recoger, y me dijo que le llevara la hoja de vida para que la revisáramos de una vez. Es la única razón por la que voy a ir, mk. No quiero perder ni medio chance para lograr mis objetivos. Bueno, pues me imagino que va a oír esto mañana y se va a cagar de la risa. Eso, ríase, pero cuando tenga mi super trabajo, no la voy a invitar ni a un chicle. Estúpida, idiota. La quiero y me hace mucha falta. Mañana le contaré el segundo encuentro con esa gente y con Alvarini. ¡Adiós!’
Valeria se acostó a dormir pensando en su hoja de vida, en los ajustes que le haría al día siguiente, en la forma en la que hablaría con Juan José para convencerlo de lo buena profesional que es, y lo subvalorada que está en su actual empresa. Cerró los ojos y quedó profunda.
Al día siguiente cuando se despertó, cogió su celular y encontró una contundente respuesta de su amiga Pilar: ‘jajajajajajajajajajajajaja’. Valeria sonrió, se paró rápido de su cama y se fue a su computador para arreglar la hoja de vida. Le hizo algunas correcciones, la actualizó, la imprimió, se la mandó por mail, y la guardó en una usb para mayor seguridad. Cuando se dio cuenta ya faltaba relativamente poco para que Alvaro la recogiera, así que a la velocidad de la luz se bañó, se puso unos jeans, unos tenis, una chaqueta pesada y una camiseta blanca. Se maquilló como pudo, medio se peinó porque el blower lo tenia intacto y corrió a su estudio, metió su hoja de vida en una carpeta, guardó la usb y verificó que efectivamente la tenía en su e mail. Cerró su cartera y el timing fue perfecto, sonó el citófono. Muy cumplido había llegado su nuevo amigo. Ella le dijo al portero que ya bajaba y salió corriendo de su casa.
Alvaro la estaba esperando al frente de la portería, la saludó, le abrió la puerta del carro, se subió y emprendieron el camino hacia Subachoque. Alvaro empezó a hablarle de cualquier cosa y ella mientras tanto ensayaba en su cabeza todo el discurso que había preparado para Juan José y pretendía escuchar con atención el discurso de Alvarini. De pronto le entró un mensaje en su celular, abre whatsapp y se da cuenta que es de Pilar.
Mensaje de Pilar:
Mk, Valeria, no me va a creer esto. Apenas lo estoy digiriendo. ¡¡¡Adivine quién se separó!!!