El correo decía que había superado las pruebas y que en los próximos días le llegaría una invitación para asistir a una entrevista y continuar el proceso. Valeria no sabía qué pensar. Por un lado, se alegraba, pero, por otra parte, una especie de miedo la consumía por dentro. Decidió ir por partes y tratar de resolver una cosa a la vez. Buscó en internet los certificados del covid y se le pasó por la mente que podría hacer uno falso. No tenía otra opción así que desempolvó sus habilidades con el diseño gráfico y empezó a construir su certificado. Mientras estaba concentrada en su tarea, recibió el correo de la amiga médica de su hermana quien muy amablemente le mandó la incapacidad. Al menos por ese lado ya estaba una parte solucionada. Así transcurrió la mañana y pasado el medio día tenía los dos documentos. Los envió a Recursos Humanos sin pensarlo mucho con el fin de cumplir con lo pactado. Pensó que el miércoles o jueves podría decir que ya estaba bien y así poder regresar a su trabajo. No veía la hora de sentarse con su jefe para hablar de la presentación y de las posibilidades de ser una candidata para el nuevo cargo del que le había hablado. De un momento a otro, Valeria sintió que ese era el lugar donde debía estar. Era una buena empresa, estaba aprendiendo mucho, ya conocía las dinámicas, la gente, y si había una oportunidad para crecer como ella quería, era la mejor opción.

Se relajó por un rato, almorzó y llamó a su mamá. Para no preocuparla le dijo que le había ido en el paseo, omitió todos los detalles tan escabrosos que acompañaron el fin de semana de relax. Sin embargo, sí le contó la mentira del covid y todo lo relacionado con el proceso de selección en el otro lado. La mamá le dijo que creía que se había equivocado. ‘Valeria, no es por echarte sal en este momento porque sé que debes estar angustiada, pero ese no era el camino; las mentiras son muy peligrosas. Si por algún motivo tu jefe se llega a dar cuenta que lo engañaste te saca inmediatamente o peor aún, te deja ahí para aburrirte. Me alegra que hayas pasado las pruebas en la otra empresa y pues ahora esperemos a ver qué sigue. Todos hemos dicho mentiras en los trabajos para ir a hacer entrevistas en otros lados, pero una cosa es esa y otra muy diferente hacer certificados falsos y esas cosas. Esperemos que valga la pena’, le dijo la mamá con un tono de preocupación. Valeria le dijo que ya no tenía opción; había mentido y le tocaba sostener eso hasta el final. Hablaron también de Mateo; la mamá le dio más detalles del encuentro. Le dijo que lo vio muy bien, que estaba un poco delgado, pero que fue muy querido con ella y que le había parecido bonita la ex, aunque no se la había presentado. Valeria le preguntó que si había percibido familiaridad o cercanía entre los dos y la mamá le dijo que no. ‘De hecho, yo seguí con tu hermana buscando unas cosas y después los volvimos a ver de lejitos cuando estaban haciendo la fila en la caja, pero parecían cada uno por su lado’, complementó la mamá. Valeria guardó silencio por un par de segundos, hablaron de otras cosas y se despidieron.

En la tarde, recibió un mensaje de Alvaro preguntándole cómo estaban las cosas, cómo se sentía, si había podido resolver lo de sus papeles; Valeria le dijo que si y que, aunque sabía que él no iba a estar de acuerdo, había hecho ella el certificado del covid. ‘Por supuesto que no estoy de acuerdo, pero quiero que te salgan las cosas bien y así va a ser’, le escribió. Valeria sonrió. Ninguno de los dos tenía noticias todavía de los papás de Alex. Valeria le contó acerca de la respuesta positiva de TMU y Alvaro le expresó su felicidad por la noticia. Quedaron de hablar más tarde para ver si hacían algo, aunque ella en el fondo no tenía muchas ganas. Quería estar sola, descansar, alejarse un poco de todo y de todos y ver si alguna luz se encendía para indicarle el camino que debía seguir.

Sus deseos no se cumplieron porque su amiga Pilar apareció y Valeria no dudó en contestar. Le contó todo lo ocurrido en esa finca. No omitió un solo detalle. Pilar no sabía por dónde comenzar. ‘Mk, Valeria, pero se metió en la boca del lobo. Todo me tiene horrorizada, pero antes de analizar con pinzas cada cosa le digo que lo de mi primo Pablo me espanta, aunque no me sorprende del todo. La exnovia de él, o sea, la que tuvo antes de Camila, terminó con él de un momento a otro y nadie supo lo que había pasado. Una vez en una reunión en la casa de unos amigos me contaron muy por encima que ella había salido huyendo porque Pablo era muy agresivo. Ahora, él siempre ha tenido su temperamento, pero obviamente nunca lo hemos visto en situaciones extremas. La dificultad con la gente que tiene problemas con la ira es que eso es progresivo. Puede que empiecen con reclamos, pero poco a poco va escalando a gritos, empujones, sacudidas, hasta llegar a los puños. Lo siento mucho por Camila porque ella es una vieja super bien y muy querida y así no lo fuera, ninguna mujer tiene por qué aguantarse un troglodita de esos. Será mi primo, pero qué cosa tan alucinante. Ella le tiene pánico, pobrecita, ojalá que reaccione, que cuente, que alguien la aconseje. Yo no le tengo confianza y no es que sea muy cercana a ellos, no me parece prudente meterme en ese rollo, pero voy a pensar alguna forma para poder apoyarla porque ese es el problema, que uno se queda callado y ella mientras tanto aguantándose ese tormento hasta que un día aparezca muerta. Con respecto a lo demás no sé qué decirle Valeria. Sin duda, lo del niño es lo más urgente y lo más inadmisible. Ojalá que ustedes puedan ayudarle a esa familia y hacer lo que sea para que ese tipo no se salga con la suya como suele suceder. De sus certificados, pues oremos al señor para que no la vayan a pillar y sobre todo para que ese hampón no la vaya a sapear. Y lo de los cachos de su cuñado, me parece lo de menos. Allá él con su doble vida. Lo que es increíble es que se hayan destapado todas esas ollas podridas; pero ¿si ve? Lo que yo le he dicho siempre. No voy a decir que en otras partes del mundo no sucede, pero es que es tan propio de los latinoamericanos: el clasismo, el arribismo, la apariencia, la pendejada, el barrio, el club. Y le digo algo: a mi no me parece que tener dinero sea malo, lo que es tenaz es que hay mucha gente que por aparentar se traga unos ladrillos muy grandes y no es necesario. Esa es la parte triste. ¿Sabe una cosa? Aunque Alvaro parece un tipo super chévere, me preocupa el hecho de que ese sea su entorno porque esa cosa de que uno se casa con la familia es cierta, Valeria. Y Juan José se ha revelado como un tipo medio antipático al fin de cuentas. Mientras usted estaba calladita y parecía una buena novia para su hermano, el más querido, pero cuando abrió la boca, ahí ya no le gustó. No sé, y encima ¿la esposa de él enamorada de otro? ¿Qué tal que sea Alvaro? No quiero dejarla más enredada de lo que ya está, pero ojalá que estos días le sirvan para pensar bien las cosas. A lo mejor puede resultar más favorable que tome distancia de toda esa gente’.

Las palabras de Pilar le quedaron dando vueltas a Valeria después de colgar la llamada. No podía dejar de pensar en todo lo que había pasado ese fin de semana y la atormentaba la idea de volver a ver a esa gente. No quería ni siquiera cruzarse con Juan José y en efecto, ese sería un grande problema si su relación con Alvaro avanzaba. Estaba en esa encrucijada cuando recibió una llamada. Era Mateo.