El médico le dijo a Alvaro que le habían hecho varios exámenes a Valeria para descartar algunos problemas serios y que todo había salido bien, lo cual confirmaba lo que había creído desde el principio. Valeria estaba sufriendo de ataques de pánico. ‘Hablé con ella – dijo el médico -, y con sus relatos pudimos identificar que cada vez que presentó estos síntomas, estaba pasando por algún momento de tensión o de estrés. En este momento está hablando con la psiquiatra, le dimos un medicamento para que se relajara. Se siente mucho mejor, sin embargo, lo recomendable en estos casos es que inicie cuanto antes un tratamiento psiquiátrico y psicológico. Ella llamó a su mamá, que creo que está en camino, y me pidió el favor de hablar con usted. Si puede esperar, aproximadamente en quince minutos lo puedo hacer entrar para que la salude; de otra forma, puede regresar a su trabajo. Ella está bien, en un par de horas máximo se podrá ir para su casa’. Alvaro le agradeció al médico y le dijo que esperaba los quince minutos para hablar con ella. Se quedó preocupado, sin embargo, pensó que afortunadamente no era nada grave. El sabía muy bien que todos los temas relacionados con la salud mental debían ser tratados adecuadamente, pero se podía salir adelante. Sabía que últimamente había estado sometida a muchos momentos estresantes y sin duda, era eso lo que la había llevado al límite.
Alvaro seguía pendiente de que lo llamaran para que entrara a despedirse de Valeria cuando vio que una mujer entró apurada preguntando por ella. Era su mamá. Alvaro se acercó a ella, se presentó y le contó lo que le había dicho el médico. La mamá de Valeria le agradeció por haberla acompañado, estaba visiblemente afectada y solo quería encontrar a su hija. ‘Yo le había dicho ya que tenía que hacerse unos controles – le dijo a Alvaro -, pero como es tan terca, no quiso y mira lo que pasó. Menos mal estaba acompañada; qué tal que hubiera estado sola o manejando, no, ¡Dios mío! Pero bueno, yo sé que ella ha estado con esa situación en el trabajo y el otro proceso en la otra empresa, pero ¿será que tiene más problemas? ¿tú sabes algo?’. Alvaro se quedó sin palabras, no sabía qué decir. ‘Bueno, pues es que en ese paseo que estuvimos pasaron algunas cosas que a todos nos afectaron, especialmente a ella, pero estoy seguro de que ella te contará con detalles. Yo no puedo seguir esperando porque debo regresar al trabajo, pero ya me quedo más tranquilo sabiendo que tu ya llegaste. Por favor le mandas muchos saludos y le dices que la llamo más tarde’, dijo Alvaro despidiéndose de la mamá, quien le reiteró el agradecimiento y le dijo que le daría la razón.
Hicieron pasar a la mamá y apenas la vio, la abrazó, le preguntó que cómo se sentía y Valeria se derramó en lágrimas. Le dijo que estaba pasando por una situación muy extraña, que estaba llena de cosas, que había presenciado cosas que no esperaba, todo sumado a la situación laboral, evidentemente la estaba afectando. Le contó todo a su mamá. No se guardó un solo detalle, le explicó cada cosa que había sucedido en esa finca, lo que había pasado con Mateo y como estaban las cosas con Alvaro. La mamá no caía del asombro. La tomó de una mano y le dijo: ‘Bueno, es cierto, son muchas cosas, pero si las ves con perspectiva, todas tienen solución. Tomaste algunas decisiones y como sabes bien, traen consecuencias; y en la vida ser responsable va en línea con la forma en la que las afrontamos. Lo del niño es un tema que a cualquiera le afecta; es una de esas historias que nunca queremos oír, y mucho menos queremos ser testigos de algo tan macabro. Creo que ustedes hicieron lo correcto. No te dejes amedrentar Valeria, esto es la vida real, y acá no estamos en medio de carteles como para que vengan a intimidarte y a tratar de que no hagas lo que se debe hacer. Tú no estás sola en la vida, me tienes a mí, a tu hermana y vamos a salir de esta situación como debe ser. Si tienes que ir a testimoniar, vas y punto. Lo importante, y creo que será lo que te va a enseñar la terapia, es a manejar las emociones, y a entender de dónde viene esa ansiedad. Esto no es una cosa que sucede de un día para otro; hay que ser constante, honesta y perseverar para que entiendas que obviamente hay una salida. Con lo de los trabajos, ya veremos qué sucede. Piensa con calma y si de pronto no te sientes con ánimos de ir a la entrevista de mañana, pues la cancelas y ahí se termina ese proceso. Eso no significa que la vida se acaba. Ya llegarán otras oportunidades. Pronto vas a regresar a tu trabajo, hablas con tu jefe, preguntas si aun está abierta la opción de la que te habló y si no, pues quiere decir que es lo que te conviene en este momento. No te presiones tanto, no pienses que si no alcanzas tus objetivos en tiempo récord es porque no eres suficiente, o no eres competente, simplemente a veces la vida también intercede para mostrarnos caminos alternativos que nunca habíamos contemplado, y eso no está mal. Todas estas cosas que te han pasado últimamente son para hacerte reflexionar acerca de la forma en la que ves la vida, aprovecha. Mateo ya salió de escena afortunadamente y Alvaro, me pareció muy decente, se veía muy preocupado por ti, me dio buena energía, pero si tú en este momento no te sientes segura, pues tómate las cosas con mucha calma y ponte siempre en el primer lugar. No te dejes confundir. Vas a ver que todo se va a ir aclarando. La vida es eso Valeria, una marea de cosas, de situaciones, de desafíos, pero también de momentos bellos y satisfactorios. Lo que hay que tratar de hacer es mitigar el impacto que tienen esos episodios difíciles en nuestro día a día porque son inevitables, pero sí se pueden administrar a favor nuestro’.
Valeria escuchó con atención cada cosa que le dijo su mamá y sintió un poco de alivio. Era cierto que afrontar tanta información al mismo tiempo agregando la presión que ella misma se inyectaba para ser la mejor, para obtener resultados y para ascender, la habían situado en un estado de estrés extremo y se empezaba a dar cuenta de que no valía la pena. Pasó un rato y se sentía mucho más tranquila. El médico vino a verla y le dijo que se podía ir. Su mamá le dijo que se fuera para la casa de ella porque no creía conveniente que estuviera sola en su apartamento. Valeria le dijo que si, pero que antes tenían que ir a recoger el carro en el parqueadero donde lo había dejado. Así hicieron y llegaron a la casa de su mamá. Habló con Alvaro, le contó cómo habían salido las cosas y él le dijo que lo mejor era que se quedara con su familia, que en caso de necesitar cualquier cosa no dudara en avisarle.
Como en los viejos tiempos la mamá y las dos hijas se sentaron a comer algo, estuvieron un rato largo hablando, contando chismes, hablando de la situación de Valeria y pasaron una noche agradable. Valeria se fue a dormir mucho más tranquila. Al día siguiente se despertó muy temprano y decidió que iría a la entrevista. Le dijo a su mamá que se iba para su casa a arreglarse. La mamá le dijo que después de la cita regresara para que almorzaran juntas y le contara cómo le había ido. Valeria estuvo de acuerdo. Se fue para su apartamento, desayunó, se bañó, se arregló muy bien, tal vez más de lo que hubiera imaginado. Quería estar muy bien presentada, y en el fondo quería estar ‘preparada’ por si se volvía a encontrar con Ana María.
Valeria entró a las oficinas, la hicieron pasar a la misma sala donde estuvo la primera vez. En esta ocasión vino a buscarla otra persona y la hizo seguir a una oficina. Se trataba de alguien del área de recursos humanos. Contestó a todas las preguntas; se sintió tranquila, respondió con calma y con mucha honestidad. La entrevista ocurrió normalmente, la persona le agradeció por su presencia y le dijo que se estarían comunicando con ella en los próximos días. Valeria salió del edificio contenta y satisfecha porque había cumplido. Ya no le interesaba tanto lo que fuera a suceder, pero sí el hecho de poder manejar la situación y estar en capacidad de contestar a unas preguntas en un proceso de selección. Cuando salió del edificio, a mano derecha había un café y una silueta llamó su atención, cuando avanzó unos pasos más se dio cuenta de que se trataba de Ana María. Le pareció normal verla allí, sin embargo, se dio cuenta que estaba hablando con alguien y cuando trató de ver de quién se trataba sus ojos se abrieron como si hubiera visto un fantasma.