A Valeria le pasó un frío por todo el cuerpo cuando escuchó esa voz. Carla la saludó muy querida y le hizo todas las preguntas de rigor. Valeria le contestó como si se tratara de un examen. Por fin se animó a decirle el verdadero motivo de su llamada. ‘Valeria, me imagino que te parecerá muy extraño que te llame. Todavía no sé si estoy haciendo lo correcto, pero te voy a decir igual. En realidad, hay dos motivos. En estos días hablé con Marcela. Me dijo que Lucía retiró la denuncia de la Fiscalía; eso les dio un respiro, pero de todos modos las cosas entre ellos dos andan muy mal, al punto que Marcela parece que se va a separar. Definitivamente esa bomba que explotó lo que hizo fue crear una situación irreparable entre ellos dos. Alberto ya regresó a Bogotá y está destruido. Parece que está atravesando por un estado de depresión muy fuerte. Esto te lo digo porque Marcela me dijo que ella estaba asustada porque pensaba que, aunque Lucía ya había retirado la denuncia, le daba miedo que tu fueras a declarar algo porque fuiste testigo, incluso tú misma podrías denunciar en compañía del niño. Yo no soy nadie ni para entrometerme, y no creas que quiero defender a Alberto, pero si supieras el infierno por el que están pasando todos en esa familia, entenderías que no es una buena idea. Yo simplemente quiero que pienses bien las cosas antes de tomar acciones en este caso’. Valeria la interrumpió y le dijo: ‘Mira Carla, yo hablé con Lucía y le dije que respetaba su decisión; era obvio que si la denuncia hubiera seguido su camino y me hubieran llamado a testificar lo hubiera hecho sin vacilar, pero teniendo en cuenta que ellos aceptaron la plata que les ofreció Marcela, no pienso tomar acciones de ningún tipo. Me entristece porque no es el deber ser. Las personas que cometen delitos están en la obligación de pagar por ellos, pero yo tengo muchas cosas en qué enfocarme y no pienso pasar por encima de Lucía y Carlos solamente porque yo creo que el curso de las cosas tendría que ser otro. Así que no te preocupes, le puedes decir a Marcela que esté tranquila que no voy a hacer nada en contra de su pedófilo esposo’.

‘Valeria, por favor, entiendo tu molestia, pero te repito: no estoy defendiendo a Alberto. Simplemente he seguido de cerca lo que ellos están viviendo y te puedo asegurar que ya está pagando las consecuencias de sus decisiones. Bueno, cerremos ese tema. Esto hubiera sido una cosa que te hubiera dicho en persona, pero no te volvimos a ver. No estoy muy segura si te sigues viendo con Alvaro o terminaron’, le dijo Carla con un tono curioso ‘¿Me estás preguntando o estás haciendo una afirmación?, le dijo Valeria bastante alterada. Carla le dijo que era solamente curiosidad. ‘La verdad – prosiguió Carla -, es que después de ese paseo no sé qué pasó, pero el ambiente cambió radicalmente. Yo también estoy pasando por una situación complicada con Juan José; anda con una vieja. Digamos que esto no es nuevo, pero lo que sí me tiene un poco preocupada esta vez es que anda como entusiasmado’. Valeria interrumpió a Carla y le preguntó: ‘Perdona Carla, pero ¿yo qué tengo que ver con todo esto?’. Carla pasó a explicarle: ‘Te imaginarás que debo estar desesperada para haberte llamado. Y si, entiendo que no te importe. El punto es que creo que la moza de Juan José es de su trabajo y de pronto tú me puedes ayudar’. Valeria no entendía absolutamente nada, pero a ese punto no le quedaba otra opción que escuchar.  Carla continuó: ‘Anoche escuché una conversación entre Juan José y alguien que supongo que es la novia; o sea, yo lo escuché a él, no sé qué le respondía la vieja, pero básicamente hablaron de ti. Dijeron que ya te habían notificado que habías sido seleccionada en TMU y Juan José le decía a esta persona que tenían que hacer algo para que tu no trabajaras ahí y que de pronto podrían usar la razón por la cual te echaron de la empresa en donde estabas antes y agregó que lo mejor sería que tu aceptaras lo Estados Unidos. Eso más o menos fue lo que alcancé a oír. Me daba mucho miedo que Juan José se diera cuenta, estaba escondida y me tocó irme. El punto es que yo estoy casi segura de que se trata de la asistente de él, y quiero saber si tu la conoces, o tienes la posibilidad de hablar con ella porque como has estado en ese proceso, tienes la excusa perfecta. Lo único que yo necesito es que tu le pongas una cita, no tienes que ir porque la que se va a aparecer soy yo. Valeria, yo sé que no soy tu amiga del alma como para pedirte algo semejante, pero estoy desesperada y no quiero dejar que mi matrimonio se acabe por culpa de una aparecida. Quiero hacer lo que sea para salvar mi hogar y no tengo otra forma. Ella es de un carácter especial, yo no he sido muy querida y si la llamo para ponerle una cita inmediatamente se va a alarmar. Por otro lado, déjame decirte que no entiendo por qué no quieren que tu trabajes en esa empresa’.

Valeria no podía creer que Carla le estuviera diciendo todas esas cosas. Después de un largo suspiro le contestó: ‘Carla, todo lo que me dices me deja sin aire. Primero, no entiendo como tú, por qué ahora no quieren que trabaje en TMU cuando fue Juan José quien me ayudó a iniciar el proceso; segundo no entiendo cómo diablos saben que yo estoy haciendo un proceso en una empresa en Estados Unidos, y tercero, Carla, no sé cómo puedes pedirme algo así. Lo siento mucho, pero jamás me prestaría para ponerle una cita a esa mujer que he visto una vez en la vida y engañarla solo para que tú te aparezcas. Te voy a decir algo: no quiero bajo ninguna circunstancia que pienses que no me importa tu situación. Es cierto, no somos amigas, pero siento solidaridad contigo y me parece horrible que estés pasando por esa angustia y por la incertidumbre que puede producir una infidelidad; ese dolor es insoportable, sin embargo, no me corresponde entrometerme a ese punto. Ya es evidente que le caigo super mal a Juan José como para aumentar su rabia contra mí y tenderle una trampa a su novia, o bueno, por lo que entendí tu no estas segura de que sea ella. ¿Te imaginas que no sea? Por Dios Carla, ahí sí, mejor dicho, me tocaría pagar escondederos. Yo ya he tenido suficiente con ese grupo de amigos, y te soy sincera, estoy tratando de apartarme lo que más pueda porque yo también he tenido días difíciles; lo siento de verdad, pero no puedo ayudarte con lo que me pides. Te aconsejaría que hablaras con él, no sé, en el peor de los casos busca un detective, pero yo no quiero meterme en más líos’.

Carla no tuvo otra opción que aceptar lo que Valeria le dijo y con mucha resignación le dijo que hablaban después y que esperaba volver a verla pronto. Valeria se despidió, colgó el teléfono y quedó aterrada con lo que le dijo Carla. Lo que más le daba vueltas en la cabeza era el hecho de que Juan José estuviera informado del proceso en Estados Unidos. Pensó que como era una empresa conocida de pronto también tenía contactos ahí, pero no dejaba de ser sospechoso. Hasta llegó a creer que le había hackeado el correo electrónico o quién sabe qué otras cosas. Ya de los miembros de ese grupo no se podía esperar sino lo peor. La otra cosa que daba vueltas en su cabeza era el hecho de que ahora quería sacarla de TMU. ‘¿A él en qué le afecta?’ se preguntaba una y otra vez. La única cosa que lograba unir era la amistad entre él y Alberto y tal vez por venganza ahora querían arruinarle la vida. Después de divagar, Valeria cayó rendida.

Al día siguiente se levantó con calma, desayunó y se puso a revisar su celular. En TMU le habían dicho que debía ir al día siguiente para formalizar su contratación y en la otra empresa le habían enviado un mail con todos los documentos que debía enviar para iniciar el proceso. Tenía muy poco tiempo para decidir qué hacer y estaba muy perdida. En medio de la pensadera recibió un mensaje. Era Mateo.