Valeria quedó paralizada. Cualquier cosa se imaginaba menos que Mateo estuviera en Bogotá y después de lo que acababa de pasar, ¿le iba a decir que no? Valeria empezó a temblar. La cogió fuera de base esa noticia, no sabía qué hacer. De alguna forma cogió fuerzas y le contestó:
Mensaje de Valeria:
¿Pero estás loco? ¿Por qué no me lo dijiste desde el principio?
Mensaje de Mateo:
¿Y qué hubiera cambiado?
Mensaje de Valeria:
Pues no sé. ¡Ay! Mateo, tú como siempre con estos juegos tan pendejos. Pues mira, hablamos mañana a ver qué. Tengo algunas cosas qué hacer, pero pues hablemos.
Mensaje de Mateo:
Está bien y tranquila. No es una obligación, entiendo si tienes algo qué hacer. Voy a estar varios días, si no puedes mañana cuadramos para después. No hay problema. Que duermas; inevitablemente te voy a pensar. Un besote en esa boca divina que tienes mi Val.
Mensaje de Valeria:
Ok, chao, hablamos mañana.
Valeria estaba hecha un mar de emociones. Le daba rabia haber cedido a ese momento porque no era algo que hubiera hecho en otras circunstancias. La relación con Mateo siempre había sido compleja. A simple vista era un partidazo. Es un hombre guapo, de buena familia, educado, serio, muy responsable, trabajador, con una carrera profesional exitosa, ganaba muy bien, estable. Tenía todas las características que cualquier mujer dice: ‘Ese es’. Durante el tiempo que fueron novios Valeria se sintió a gusto, siempre fue muy bien acogida por la familia y en su casa también lo querían. Hasta su mamá tenía una foto de los dos en un portarretratos de los que adornaban el estudio. Mateo era parte de esa casa.
Había algo sobre todo que era muy importante para ella. Lo organizado que era con sus finanzas y la proyección que tenía. Enfocado en ascender y aunque era muy joven desde que estaban en la universidad él sabía que quería trabajar en la empresa donde terminó y todo lo hizo encaminando la ruta para llegar ahí y lo logró. Esa fue una de las cosas que a ella le atraían poderosamente de él. Ya había sido trasladado tres veces; había vivido en tres países diferentes en donde poco a poco se fue consolidando y demostrando el asset tan valioso que era para la compañía y, en consecuencia, había crecido. Esto hacía que Valeria sintiera mucha admiración por él. Para ella todo lo que estuviera ligado a los logros profesionales era algo que le atraía poderosamente. Mateo viajaba un montón, no solo por trabajo, sino de vacaciones; había visitado muchos lugares y las veces que ella stalkeó su perfil, lo que alcanzaba a ver, le hacía probar una especie de envidia. Siempre creyó que debía ser ella quien estuviera con él en esos sitios, que ese era su lugar. Por su parte, la esposa de Mateo vivió en carne propia lo que significaba tener un fantasma que la perseguía constantemente; y no porque Valeria fuera entrometida, sino porque era tal el cariño que le tenían en esa familia, que muchas veces la llamaron ‘Val’, o se les salían comentarios relativos al tiempo en el que Mateo y ella fueron novios. Valeria solo la vio una sola vez en una comida a la que asistieron todos los amigos y ella estaba ahí. Nunca más se volvieron a cruzar, pero ella sabía que para esa mujer no había sido fácil entrar en esa familia.
Después de muchos recuerdos que saltaron a su mente esa noche, y de tantas vueltas que dio, decidió acostarse y de un momento a otro se le cerraron los ojos. Al otro día se despertó y lo primero que pensó fue que debía absolutamente llamar a su amiga Pilar para contarle el bollo en el que parecía que se estaba metiendo. Pilar le contestó inmediatamente.
Pilar: ¡Quiubo! Bueno, ¿Cómo le acabó de ir? ¿Terminó en una orgía con Juan José y con Carla? Jajajajaja Le cuento que estuve stalkeando a Alvarini y no me parece tan grave. Es un tipo chévere, bueno, lo que le alcancé a ver en su perfil; no sé si es que lo tiene super cerrado o es que no publica muchas cosas, pero se ve un buen tipo. Como tranquilo.
Valeria: ¡No, se va a cagar con lo que le voy a contar!
Pilar: ¿Se lo echó a la muela así de rápido? ¡Mínimo se emborrachó! ¡Cuente estúpida!
Valeria: Noooo, ¡cómo se le ocurre! En el asado todo bien, me devolví relativamente temprano con Alvarini y me trajo hasta mi casa normal. Nos despedimos y de pronto hacemos algo hoy. El problema fue que estando allá me llegó un mensaje de Mateo. Para contarle rapidito, terminé en tremendo sexting con él y lo peor es que está acá en Bogotá y me dijo que nos viéramos hoy.
Pilar: ¡Dios mío Valeria, pero a usted no se le puede dejar un minuto sola porque resulta haciendo unas huevonadas! ¡Vamos a analizar esta situación con pinzas, mk! Yo no sabía que estaba en Bogotá, eso se lo juro. No sé si es que la mamá de él y mi mamá no hablaron de eso o a mi mamá se le olvidó contarme o qué, pero el caso es que me parece terrible el timing. Se lo digo porque yo sé que usted apenas acaba de conocer a Alvarini, pero me parecía chévere que se diera la oportunidad de conocer otra gente, de hacer otras cosas. En el fondo, yo siempre le he dicho que he tenido la sensación de que usted no se ha podido desprender de esa relación con Mateo. Pero piense una cosa: ¿qué es lo que verdaderamente le atrae? ¿la seguridad, una nostalgia de algo que fue, el hecho de que ya lo conoce, de que aparentemente ya está todo listo? ¿usted se acuerda por qué terminó con Mateo? Porque yo sí. Aunque nadie lo entendió en su momento, con el tiempo llegamos a la conclusión de que era una relación que a la larga le podría traer mucha infelicidad a una mujer como usted, con tantas ganas de hacer una carrera, de ser exitosa y libre.
Valeria: Yo sé, mk. Lo que pasa es que yo no me puedo apartar de las cosas positivas. Mateo es un tipo tranquilo, estable, si, tiene su genio y…
Pilar: ¿su genio? No, Valeria. Tiene un genio ni el triple hp y es celoso y posesivo. Esos son los defectos enormes de Mateo y no son cualquier cosita. Mire, fíjese por qué la mujer decidió dejarlo, estoy segura de que fue por eso. Ella se fue a acompañarlo en su carrera en esa empresa, y sí, él tiene el chip del proveedor y es responsable, pero yo siempre pensé que era medio tacaño también. A ver, él desde siempre ha estado acostumbrado a vivir bien, a darse gustos, a viajar, a ir a sitios buenos, hoteles cool, etc., pero no es el más generoso; siempre está pendiente del centavito.
Valeria: Ahí usted y yo tenemos un desacuerdo. A mi me parece que él es muy organizado. Acuérdese que el estudió finanzas. Simplemente es un tipo que no despilfarra y que está atento a lo que se gasta, pero se da gustos; no es el amarrado que la lleva a usted a comer perro caliente teniendo para ir a un buen restaurante. No sé, yo en ese tema lo entiendo.
Pilar: ¿Y en el tema de los celos también?
Valeria: No, en eso estamos de acuerdo. Nuestras peleas siempre fueron por eso…
Pilar: ¡Pero es que la celaba hasta con los amigos de los dos, mk! ¡Acuérdese! Es que yo no sé por qué uno como que borra lo que ‘le conviene’.
Valeria: Bueno, pero es que éramos también medio inmaduros todavía. Yo creo que él ha cambiado. Por ejemplo, las veces que hablamos en estos años nunca me preguntaba si yo estaba con alguien o no; si siguiera siendo tan celoso, sería de las primeras cosas que le gustaría saber.
Pilar: No se confunda Valeria. El estaba casado, y aunque a usted le cueste entenderlo y aceptarlo, él se enamoró de esa mujer y por eso se perdió y se dedicó a su hogar. Las pocas veces que estuvieron en contacto fue por ser cordial, gentil y educado. Ahora, tenga cuidado porque nada le dice que él de verdad haya superado esa separación. Para un hombre con esos rasgos y con ese ego, no es tan fácil de aceptar y no le sorprenda que todavía esté remando para volver. Y ahora viene, la coge a usted de desvare, de entretenimiento, usted se enamora versión 2.0, el man se devuelve para el país donde vive, regresa con esa vieja y usted queda vuelta mierda por enésima vez.
Valeria: Oiga, usted sí que es negativa, ¡mk! Tampoco. Lo está pintando como un demonio y las dos sabemos que no es así. Pregúntele a cualquiera la imagen que tiene de Mateo y nadie la va a decir algo así.
Pilar: Exacto. Ahí está la trampa. Es un hombre que siempre ha disfrazado muy bien lo que esconde realmente. Hable con la hermana y verá que le va a decir las mismas cosas que le estoy diciendo yo. Acuérdese del papá de él y mire cómo trata a la mamá. Mk, Valeria, ¡tiene otra familia! ¿A usted le parece normal eso?
Valeria: ¡Ay, Dios mío! ¡Yo sé! Pero también sé todo lo que él ha reprobado ese comportamiento del papá y han tenido muchos líos por eso y se muere por su mamá y la trata y la consiente como nadie en el mundo.
Pilar: Bueno, yo cumplo con mi deber de amiga que es abrirle los ojos y no decirle lo que usted quiere escuchar. Sabe perfectamente que yo siempre voy a estar acá para usted y si decide volver con ese troglodita, no mentira, es que a mi no me cae mal, mk. Es que a nadie le cae mal Mateo. Es un buen tipo, pero su lado oscuro, es oscuro de verdad. A ver, digamos que, para una mujer un poco más sumisa, tranquila, sin mayores aspiraciones, puede funcionar. Pero usted no es eso Valeria. O ¿qué va a hacer con todos sus planes, con su carrera profesional, con todo lo que ha soñado siempre?
Valeria: Pero usted misma me ha dicho que le parece super estresante mi forma de ver la vida, que no pienso sino en el trabajo, de pronto hacer un cambio no me vendría tan mal y vivir con Mateo no quiere decir que me quede en la casa mirando para el techo.
Pilar: Bueno, obviamente usted es la que tiene que decidir y todavía no sabemos ni siquiera cuáles son los planes de él. Lo único que le pido es que no se envidee y que no vaya a botar a la caneca las nuevas experiencias que estaba teniendo. No frene nada, no ponga en pausa lo que se le estaba abriendo.
Valeria: ¿Cómo se le ocurre? Tengo atravesado a Juan José; esta semana voy a ir a la oficina de él y de verdad espero que me ayude a conseguir algo interesante.
Pilar: Ok. Eso espero, me va contando. La dejo porque voy a salir con mi esposo. Hablamos más tarde. ¡Chao!
Las amigas se despidieron. Valeria se quedó un rato en la cama pensando en la conversación con su amiga tratando de ir al pasado para recordar lo que había pasado con Mateo. Al fin se paró y se fue para la cocina a prepararse el desayuno. Puso a hacer el café cuando sonó el citófono. Contestó y el portero le dice: Señorita Valeria, el señor Mateo Carvajal está acá, que si puede subir. Valeria quedó en shock, no sabía qué responder y en ese preciso momento le llega un mensaje de Alvaro: ‘Buenos días, espero que hayas tenido una linda noche. ¿Qué dices si te invito a desayunar? ¡Conozco un sitio en donde hacen los mejores desayunos de esta ciudad!’.